Un convoy estadounidense fue atacado en Al Diwaniyah, una provincia de mayoría sunní donde las “milicias pro-iraníes” deberían, según la lógica norteamericana, estar ausentes, pero claramente este no es el caso. Al menos tres de los camiones norteamericanos llenos de armas se incendiaron antes de ser reducidos a cenizas en el ataque, que, según The Voice of Iraq, no involucró misiles sino “bombas”. Este hecho sorprendió al jefe del CentCom de gira en la región, pero por el momento no se atrevió a ir a Iraq. La coalición pro-estadounidense conocida como anti-Daesh aún no ha reaccionado al ataque. Y cabe señalar que un cuarto vehículo militar se incendió cuando los bomberos del Ministerio de Defensa iraquí enviados a la escena se negaron a apagar el fuego.
¿Que paso después? Ante la falta de apoyo iraquí al convoy militar estadounidense y sus pasajeros, “fueron helicópteros estadounidenses los que transportaron a los heridos a hospitales en la provincia iraquí de Al Diwaniyah”, dijo otra fuente. Se ha mantenido un apagón total sobre el balance de pérdidas, porque es difícil creer que un convoy militar estadounidense sea objeto de explosiones tan fuertes y que ningún soldado estadounidense haya perecido.
Según medios iraquíes, el ataque fue una respuesta a las explosiones de la semana pasada causadas por la prueba de las baterías Patriot en la Embajada de EEUU en Bagdad. Estas explosiones causaron la muerte de un niño de siete años y la evacuación de residentes que viven cerca de la Embajada. Por lo tanto, los Patriots no pueden proporcionar seguridad a los soldados estadounidenses, como tampoco las maniobras políticas de la delegación diplomática. De lo contrario, el general Kenneth McKenzie se habría atrevido a hacer una pequeña escala en Erbil, cuando estuvo el viernes 11 de julio visitando a las tropas desplegadas ilegalmente en la provincia siria de Hasaka.
Al referirse a fuentes iraquíes, Al Mayadin TV informó que el convoy militar de EEUU había viajado de Basora a Al Diwaniyah y que tenía la intención de transportar vehículos militares a bases militares de EEUU. El lugar es demasiado simbólico para que los norteamericanos lo ignoren. La ciudad fue uno de los bastiones de la resistencia anti-estadounidense durante la ocupación de Iraq. Los estadounidenses llevaron a cabo la operación Black Eagle allí en 2007 contra las milicias leales a Moqtada al Sadr del 6 al 10 de abril de 2007 durante la guerra de Iraq. Los enfrentamientos se reanudaron en 2008.
El ataque del sábado 11 de julio fue reivindicado por el grupo Saraya Zurat al Ashrin, quien no dudó en detallar su modus operandi: “Fueron bombas que explotaron en el paso del convoy militar estadounidense.”
Según Al Mayadin, el grupo habría informado a los responsables iraquíes antes de la operación y ningún ciudadano iraquí resultó herido cerca del lugar del ataque. “Iraq ya no es seguro para los estadounidenses”, señala el canal.
Source: Press TV