Sigiloso e indetectable, el RT-23 es un sistema de misiles balísticos transportados en ferrocarriles, capaz de lanzar un contraataque nuclear contra cualquier enemigo que osara enfrentarse a la URSS. Con un alcance de 10.000 Km ningún enemigo estaba a salvo.
EL RT-23 se puso en funcionamiento en el año 1987 y presenta las siguientes características:
1. Caballería de acero
El sistema RT-23 podía recorrer hasta 1000 Km diarios en constante movimiento, a través de la densa red viaria de la Unión Soviética.
Tengamos en cuenta que un camión con misiles nucleares sólo puede recorrer como mucho 50 Km diarios siendo blanco fácil del enemigo, en cambio el “tren de la muerte”, disponía de una movilidad superior que le permitía esquivar un ataque del adversario.
Las patrullas del tren nuclear no paraban ni de día ni de noche por tanto era un sistema activo las 24 horas.
Para poder soportar el peso del sistema (ya que son misiles de un gran tonelaje), todas las vías presentaban un refuerzo especial contra el desgaste.
Los vagones donde iban alojados los misiles tenían una resistencia y protección especial.
Todo el re corrido era dirigido por 3 Unidades de Misiles Estratégicos:
— La División 10 con base en Kostroma a 400 Km de Moscú que controlaba 5 convoys con 3 misiles cada uno.
—La División 52 en Perm disponía de 9 lanzaderas ubicadas en 3 convoys.
— Por último, la división 36 situada en Krasnoyarsk (Siberia) poseía 12 cohetes divididos en 3 convoys cada uno dispuestos a lanzar su mortífera carga.
2. Invisible
El tren nuclear era prácticamente invisible a ojos del enemigo ya que por satélite no se podía distinguir de un tren normal, aparte la red ferroviaria de la URSS era de 14.500 Km, y su detección se complicaba aún más. Además de forma muy ingeniosa, los militares de la URSS tenían “trucos” como, por ejemplo, camuflar las locomotoras o cambiarlas de ubicación constantemente para que no fueran descubiertas.
Además las rutas del RT-23 pasaban por zonas con gran afluencia de tráfico lo que complicaba aún más su detección. Para añadirle más dificultad el sistema de misiles podía ser disparado desde los hangares en donde estaban estacionados los trenes, causando el pánico entre los enemigos de la URSS, ya que no tenían un sistema capaz de contrarrestarlo.
Estos trenes eran considerados trenes especiales y tenían preferencia de paso en cualquier momento por lo que no les afectaban posibles problemas de tráfico viario que pudieran ser provocados por el enemigo mediante sabotajes.
3. Contraataque imparable
Los misiles RT-23 Molodets poseían un alcance de más de 10.000 Km, con un peso de 104 toneladas y una carga destructiva de más de 550 kilotones. Para que se hagan una idea, la bomba atómica lanzada en Hiroshima,tenía una potencia de 16 kilotones por lo que un sólo misil de este tipo podía arrasar varias ciudades sin problema.
Debido a su peso, disponía de un sistema de lanzamiento en frío que era relativamente lento pero seguro y eficaz.
El tren poseía un sistema de guía inercial y un radar MPC-600 que avisaba de cualquier tipo de ataque nuclear que se produjera en el territorio de la Unión Soviética, para lanzar un ataque devastador y fulminante que no podía ser parado.
4.Coloso de la URSS
Su capacidad de evasión, unido a su potencial destructivo ejercían una poderosa disuasión sobre la OTAN y EEUU.El RT-23 era un arma netamente defensiva y no estaba hecha para agredir a ningún país sino sólo para defenderse en caso de un ataque por lo tanto era una forma de garantizar la paz.
En el 2005 fue dado de baja el dispositivo RT-23 pero se prevé que en el 2018 se desarrolle el sistema de misiles ferroviario Barguzin que lo sustituirá, equipado con misiles RS-24 Yars de menor potencia pero de más fácil mantenimiento. De este modo, el tren nuclear volverá a formar parte del arsenal del Ejército ruso.
A día de hoy no existe país en el mundo que tenga una tecnología capaz de realizar algo semejante.
Source: Sputnik