Rusia desmintió el lunes las versiones aparecidas en el diario The New York Times sobre el supuesto ataque de la aviación de combate de este país contra hospitales, en la provincia siria de Idleb.
“Lamentamos que un periódico norteamericano serio haya sido víctima de la manipulación de grupos terroristas y los servicios secretos británicos”, declaró Igor Konashenkov, vocero del ministerio ruso de Defensa (Mindef).
En el material empleado por The New York Times se ve claramente el trabajo de servicios de inteligencia y de aparatos y equipos empleados por la tristemente célebre organización ‘Cascos Blancos’, declaró el mayor-general de esta nación.
Los ‘Cascos Blancos’ participaron en el montaje de ataques químicos contra civiles en varias regiones sirias, pero la falsedad de sus materiales ya quedó demostrada con pruebas y testimonios de los propios extras utilizados por esa agrupación.
Los sensores, transmisores y otros aparatos de comunicación relacionados con la Internet para nada están al acceso de la población siria, preocupada a diario por los abusos y el control de las formaciones terroristas en Idleb, denunció el alto oficial.
Además, la descripción de cómo presuntamente el ejército sirio marca el territorio para las misiones aéreas es falsa, pues en ningún momento ese procedimiento se hace a viva voz por aparatos de comunicación, aclaró el portavoz del Mindef.
Konashenkov afirmó, además, que el lugar descrito por el rotativo, cerca de una cueva, fue visitado hace unos días por un grupo de periodistas, quienes constataron la existencia allí de un almacén de municiones, para nada relacionado con atención médica.
Los términos empleados por la publicación estadounidense, sobre el supuesto objetivo de Damasco de acabar con el último foco de resistencia al gobierno sirio, no resiste la más mínima crítica, pues ahí se concentran miles de terroristas, indicó la televisión.
Idleb, con excepción del noroeste sirio, es el territorio donde aún se mantienen las acciones violentas de agrupaciones armadas como las herederas de Jabhad an Nusra, filial de Al Qaida en Siria, y de otras formaciones extremistas violentas.
En esa provincia, Turquía, Irán y Siria acordaron con algunos grupos armados, considerados en Occidente como moderados, una separación de fuerzas, pero los terroristas sabotean en todo momento ese proceso.
Source: PL