Desde que Imran Khan se convirtió en el 22º primer ministro de Pakistán en agosto de 2018, los vientos han cambiado. Mientras que sus predecesores, aunque generalmente miraban hacia el Este, a menudo oscilaron entre EEUU y China, Khan está redefiniendo claramente sus alianzas hacia el Este, especialmente con China.
Hace unos días, RT anunció que China, además de la expansión del nuevo puerto de Gwadar (Baluchistán), había firmado un acuerdo con Pakistán sobre la construcción de una base militar / aérea en Pakistán y una nueva ciudad china, que albergará medio millón de habitantes. Y esto además de varios proyectos de mejora de carreteras y ferrocarriles, incluida una autopista que unirá las ciudades de Karachi y Lahore, la reconstrucción de la autopista del Karakorum, que conecta Hasan Abdal con la frontera china, y la modernización de la línea ferroviaria principal Karachi-Peshawar, que se completará a finales de 2019 y dispondrá de trenes capaces de viajar hasta 160 km/h.
Esta rehabilitación de la infraestructura del transporte de Pakistán no solo debería representar una subida de entre el 2% y el 3% del PIB de Pakistán, sino que también proporcionaría un gran beneficio para Irán al crear otra ruta de salida para el gas y los hidrocarburos iraníes, además de la del Estrecho de Ormuz, por ejemplo a través de ferrocarril hasta el nuevo puerto de Gwadar que, por cierto, también es una nueva base naval china. Desde Gwadar, los cargamentos de petróleo iraní se pueden enviar a cualquier otro lugar, incluidos China, África e India. Con la nueva infraestructura de transporte construida por China, el gas iraní también puede ser enviado por vía terrestre a China. Esto permitirá a Pekín no depender exclusivamente de las vías marítimas para mantener su abastecimiento de recursos energéticos, lo cual es especialmente útil en el caso de una posible futura crisis con EEUU.
De hecho, estos desarrollos de infraestructura, así como varios proyectos de generación de energía eléctrica, alimentados principalmente por combustibles fósiles y destinados a resolver el problema crónico de la escasez de energía de Pakistán, forman parte de la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de China, también llamada Nueva Ruta de la Seda. Ellos constituyen un elemento central del nuevo Corredor Económico China-Pakistán (CPEC), que se concibió por primera vez en 2015 durante una visita del presidente chino Xi Jinping, en un momento en que unos 51 memorandos de entendimiento que por valor de 46.000 de millones de dólares estadounidenses fueron firmados entre ambos países. Todo esto significa que Pakistán ha salido definitivamente de la órbita estadounidense en beneficio del desarrollo de su alianza con China.
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