Cuando alguien camina por Damasco, la capital siria, ve abiertas nuevas tiendas y negocios y el regreso de muchas personas que habían abandonado el país al inicio del conflicto. Existe en todas partes un sentimiento de que, aunque todavía quedan muchas operaciones militares por realizar, la guerra se está acercando a su fin.
Esta recuperación puede verse, sobre todo, en el este de la Ciudad Vieja, donde se halla una de las siete puertas de la ciudad en la época del Imperio Romano. Nuevos cafés y restaurantes han abierto sus puertas y las calles rebosan de público. “Siria se recuperará y será un país más fuerte que antes”, señala Sami, un farmacéutico.
La liberación de Alepo en 2016 fue un punto de inflexión. En los pasados meses también, el Ejército sirio ha recuperado parcialmente el control sobre Yobar y Ain Tarma, dos suburbios del este de la capital.
La reciente celebración de la 59ª edición de la Feria Internacional de Damasco, en la que participaron 43 países, fue un símbolo de la recuperación de Siria y el arranque de la etapa de reconstrucción en el país.
Este clima de optimismo ha llegado también a Alepo, cuyos barrios orientales estuvieron durante años en poder de los terroristas hasta el pasado año.
La ciudad, que ha comenzado ya sus tareas de reconstrucción, espera recuperar una de sus más preciadas industrias, el turismo.
Las visitas guiadas a los principales lugares de interés histórico de Alepo se han reanudado. Los primeros visitantes son estudiantes de todo el país y residentes locales que visitan regularmente la Mezquita de los Omeyas y la Vieja Ciudadela de Alepo, que quedó dañada por la guerra y que el gobierno piensa reconstruir.
Una residente rusa en Alepo y guía turística, Anushka Arakelyan, dijo que la gente esperaba que la ciudad “será la misma que antes de la guerra”.
“Amamos mucho a Alepo. Es una ciudad muy buena, muy hospitalaria. Estoy muy contenta de vivir en ella. Aquí, no hay nacionalidades. Toda la gente se aprecia, viven juntos, disfrutan juntos, se lamentan juntos y esperan juntos”, señaló.
El optimismo de los sirios se ven animado por una fuerte mejora de las previsiones económicas y turísticas. La llegada de árabes y extranjeros a Siria se ha incrementado en un 24% en agosto en comparación con el mismo período de 2016.
El número de turistas árabes y extranjeros en Siria alcanzó en agosto los 132.000 y la ocupación hotelera se incrementó en un 8,4% con respecto al año anterior. La derrota del Daesh y el progresivo avance hacia el fin de la guerra fortalecerán, sin duda, esta tenencia y los sirios esperan millones de visitantes en los próximos años.
Source: Agencias