El líder del movimiento Ansarulá, Sayyed Abdel-Malek Badreddine al-Huzí, condenó el domingo las masacres cometidas contra la comunidad alauita en Siria, acusando a los grupos takfiris de ofrecer un gran servicio al enemigo israelí.
En un discurso sobre los acontecimientos en Siria, aseguró que los patrocinadores que apoyan a los grupos takfiris, militar, política y financieramente, “comparten la responsabilidad de los crímenes con estos grupos”.
Según él, “los grupos takfiris que cometen crímenes de genocidio contra cientos de ciudadanos sirios pacíficos e indefensos están haciendo un gran servicio al enemigo israelí y estadounidense al destrozar el tejido social sirio”.
“Los estadounidenses y los israelíes quieren que cada uno de ellos se presente como el salvador y protector del pueblo sirio”, dijo.
Subrayó que “desde que los israelíes anunciaron su protección a los drusos de Suweida, estos grupos takfiris no se han atrevido a hacerles daño, sino que más bien los han respetado”, afirmó.
Sayyed al-Huzí también señaló que “los estadounidenses se presentan como los protectores de los kurdos en las zonas donde están, y los arman y reclutan”, y continuó diciendo que “el resto del pueblo sirio se considera un objetivo, porque no están bajo la protección estadounidense como los kurdos, ni bajo la protección israelí como los drusos”.
“La brutalidad y criminalidad de los grupos takfiris son una concepción estadounidense, israelí, sionista y judía, y son ellos quienes los concibieron, crearon y prepararon para ese papel”, sentenció también, explicando que “los takfiris sirven a los objetivos sionistas judíos destinados a distorsionar la imagen del Islam”.
Según Sayyed al-Huzí, los grupos takfiris “no son muyahidines, y si lo fueran, se habrían enfrentado al enemigo israelí”.
Desde el jueves 6 de marzo, la región costera siria ha sido escenario de caos de seguridad y de ejecuciones sumarias perpetradas por elementos afiliados al Ministerio de Defensa y Seguridad Interior contra minorías, especialmente contra la comunidad alauita de la que proviene el depuesto presidente Bashar al-Assad. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha registrado al menos 40 masacres comunitarias en las que murieron 973 civiles.
Source: Diversas (traducido por el sitio de Al Manar en español)