El Club de Prisioneros condenó el miércoles las torturas y la política de hambre adoptadas por las autoridades penitenciarias israelíes contra miles de palestinos detenidos en sus cárceles
La política sistemática de hambruna constituye una de las herramientas contra nuestros compatriotas “desde el comienzo de la actual guerra de genocidio contra el pueblo en Gaza”, afirmó la institución en un comunicado.
En ese sentido, acusó al ministro israelí de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, de impulsar no solo ese plan sino también ordenar los crímenes contra los prisioneros, incluido el asesinato mediante la tortura y la falta de atención médica.
Ante una petición presentada por organizaciones de derechos humanos israelíes al Tribunal Supremo sobre la alimentación proporcionada a los presos, el Club alertó que “el aparato judicial de la ocupación constituye la principal arma para afianzar muchos crímenes contra los detenidos”.
Señaló que las raciones de comida entregada a los prisioneros palestinos en los últimos meses no son suficiente y en muchos casos no son aptas para ingerir.
Destacó que esa estrategia no solo afecta a los hombres, sino también a menores de edad, mujeres y enfermos, incluidos pacientes necesitados de nutrición específica.
Como ejemplo citó la muerte en febrero último de Muhammad Ahmed Al-Sabbar, quien falleció en una cárcel israelí.
Recientemente, el presidente del Consejo Legislativo Palestino, Abdel Aziz Dweik, denunció las torturas a las que fue sometido en esos centros y afirmó que no tienen precedente.
Días antes, el Observatorio Euromediterráneo de Derechos Humanos reveló testimonios de palestinos maltratados.
Citado por la organización, Samir Abdullah Jamal Marjan, de 23 años, aseguró que sufrió palizas, descargas eléctricas, insultos y un intento de inyectarle sustancias desconocidas.
En la prisión de Ashkelon la situación era peor. Estuve en una celda de aislamiento y pasé 12 días sin comer, indicó.
Fattah Al-Akluk, quien fue arrestado tres veces desde el 7 de octubre, denunció que un compatriota, llamado Muhammad Al-Kahlot, murió como consecuencia de las torturas.
Un hombre de 65 años, identificado como S, confirmó los métodos de tortura y la desaparición forzada de personas mientras estuvo confinado.
Source: Prensa Latina