El primer ministro palestino, Mohammad Shtayyeh, y la Liga Árabe condenaron la práctica israelí de demoler casas y estructuras de propiedad palestina como “limpieza étnica”.
El miércoles, un bulldozer israelí, bajo la estricta protección de soldados israelíes, derribó la propiedad del palestino Mahmud Salhiyeh en el barrio ocupado de Sheij Yarrah, en Jerusalén Este (Al Quds), desplazando a toda su familia, en su mayoría niños.
Fuentes locales dijeron que un gran número de fuerzas policiales irrumpieron en la casa y arrestaron a 20 activistas y a seis miembros de la familia Salhiyeh de 18 miembros, incluido Mahmud. Agredieron a los demás miembros de la familia, incluida su hija de nueve años y su tía.
La familia dijo que las fuerzas israelíes habían cortado la electricidad de la casa cuando la asaltaron y comenzaron a disparar gases lacrimógenos para bloquear la visión de todos.
“Este crimen es parte de las políticas (israelíes) de persecución, racismo y limpieza étnica contra los residentes indígenas a favor de los colonos”, dijo Shtayyeh en un comunicado más tarde ese día, pidiendo a las Naciones Unidas que intervengan para poner fin a tales políticas, informó la agencia oficial de noticias palestina Wafa.
El Ministerio de Relaciones Exteriores palestino denunció también, en una declaración separada, la demolición, calificándola de “limpieza étnica” con el objetivo de obligar a los residentes palestinos de la ciudad a abandonarla para crear una mayoría judía.
El miércoles por separado y en reacción a la demolición, Said Abu Ali, representante de asuntos palestinos de la Liga Árabe condenó lo ocurrido en Sheij Yarrah como “un crimen de guerra y una limpieza étnica”.
Hizo hincapié en que tal política tiene como objetivo obligar a los palestinos a abandonar su patria haciéndoles difícil vivir allí.
Source: PL