Como suele ocurrir, lo que los políticos no se atreven a decir, los militares lo exponen abiertamente. Este fue el caso hace unos días de Frank McKenzie, uno de los principales oficiales superiores del Ejército de EEUU y jefe del Comando Central de EEUU (Centcom), la estructura del Departamento de Defensa de EEUU responsable de las operaciones militares de EEUU en Oriente Medio, Asia Central y Asia Meridional, que expresó su posición ante el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes de EEUU.
En estas declaraciones se plantearon varios puntos dignos de interés, en particular el papel creciente de algunas grandes potencias a favor de la multipolaridad, incluyendo China, Rusia e Irán, que obviamente fueron citados. Con respecto a Pekín y Moscú, McKenzie dice que estos últimos podrían llenar el vacío en la estratégica región de Oriente Medio. Evidentemente, en una amarga afirmación de la realidad para EEUU, dijo: “Los dos países aprovechan su proximidad a la región, sus relaciones históricas y una percepción del declive de EEUU para establecer y fortalecer sus relaciones”.
Según él, Rusia “juega el papel de saboteador de EEUU, utilizando medios militares, operaciones de influencia y otras actividades para socavar y perturbar la influencia estadounidense”. China, por el contrario, “utiliza principalmente medios económicos para establecer rutas regionales con el objetivo a largo plazo de expandir su presencia militar y así asegurar rutas energéticas y comerciales vitales”.
Para el general estadounidense, “Oriente Medio es, y siempre ha sido, una encrucijada de intereses globales y una arena históricamente privilegiada para que las potencias extranjeras compitan por la influencia, los recursos y el acceso”.
Irán tampoco ha sido olvidado. De hecho, la República Islámica representa sin duda, al igual que Pekín y Moscú, un gran desafío para Washington en la región. McKenzie afirma que “Irán representa una amenaza diaria para EEUU y sus aliados en Oriente Medio (se puede adivinar, en primer lugar, “Israel” y Arabia Saudí) a medida que disminuye la superioridad militar estadounidense en la región”.
La otra cita muy reveladora, todavía relacionada con Teherán, es: “El uso generalizado de drones pequeños y medianos por parte de Irán para vigilancia y ataques significa que, por primera vez desde la Guerra de Corea (1950-1953), operamos sin superioridad aérea total”. Una observación de la realidad que puede sonar como una verdadera amenaza.
En términos de análisis de estas declaraciones del alto funcionario militar estadounidense, debe reconocerse que, a pesar de la hostilidad manifiesta de McKenzie hacia los principales adversarios de EEUU en la arena internacional, sus declaraciones reflejan una realidad que una gran parte de los representantes del establishment político, tanto estadounidense como occidental en general, no se atreven a plantear. Estos últimos prefieren lanzar acusaciones constantemente, generalmente sin ninguna prueba tangible, y al mismo tiempo persisten en perseguir la misión imposible de promover la unipolaridad.
Sin embargo, la realidad es como es. El concepto multipolar no retrocederá para complacer a los nostálgicos de una época en que una minoría extrema, a menudo que ni siquiera tenía la legitimidad para representar a sus propios pueblos, dominaba a la abrumadora mayoría del planeta. Por tanto, será necesario aceptar la libre competencia, pero también las reglas que de ella se derivan.
Quizás con este fin, el establishment político-mediático occidental debería estar un poco más atento a los análisis de sus representantes militares que al menos tienen el mérito de comprender y, de facto, reconocer los cambios en el mundo actual. Una observación franca de la realidad, aunque sea adversa, es mejor que declaraciones interminables sobre el supuesto papel excepcional de EEUU y sus compinches, un discurso con el que la gran mayoría de la gente del mundo, incluyendo a buena parte de las poblaciones de los países occidentales, no se identifica. En cuanto a China, Rusia e Irán, la creciente relación del trío es solo un proceso natural para tres grandes civilizaciones mundiales, que encuentran intereses comunes. Y esto continuará, ya le agrade a Washington o no.
Source: Observateur Continental