En un primer paso notable desde que Joe Biden llegó al poder, EEUU participará a partir del martes 6 de abril en las conversaciones de Viena para tratar de salvar el acuerdo nuclear internacional con Irán.
Sin embargo, no estará en la misma mesa que Teherán, y son los europeos quienes actuarán como intermediarios entre las dos partes, con la esperanza de lograr resultados concretos después de dos meses de estancamiento.
Este es “un hito importante, que muestra que tanto EEUU como Irán se toman en serio la ruptura de la inercia y el patrón de esperar y ver que dice que “la pelota está en el otro campo”, comentó en Twitter Ali Vaez, de la organización de prevención de conflictos International Crisis Group.
El nuevo presidente de EEUU ha dicho que está dispuesto a volver al acuerdo firmado en 2015 en Viena, que tiene como objetivo garantizar que Irán no busque adquirir la bomba atómica.
Pero sin el levantamiento de las sanciones unilaterales estadounidenses, Irán no quiere retomar sus compromisos nucleares.
Teherán dejó de cumplir sus compromisos nucleares después de la retirada unilateral de Donald Trump en 2018 por parte de EEUU del Acuerdo de Viena y el restablecimiento de las sanciones estadounidenses. Trump quería obligar a la República Islámica a regresar a la mesa de negociaciones para presionarla para que incluyera el programa de misiles de Irán como parte del acuerdo nuclear, algo que Teherán sigue rechazando pues considera que este programa es garantía de su defensa.
Dado que nadie quiere dar el primer paso, la idea es poner en marcha “un marco que defina pasos paralelos”, dice Vaez.
“Cada parte puede salvar las apariencias y juntos pueden definir una hoja de ruta”, agrega Suzanne DiMaggio, del grupo de expertos Carnegie Endowment for International Peace.
“Diplomacia de lanzadera”
Por un lado, habrá una reunión el martes a las 12:30 GMT del comité conjunto en presencia de todos los firmantes del PAIC (Plan de Acción Integral Conjunto): Irán, Alemania, Francia, Reino Unido, China y Rusia, todo bajo la égida de la UE representada por el vicesecretario general del Servicio de Acción Exterior, Enrique Mora.
Al mismo tiempo, “se realizarán reuniones de expertos durante 15 días, un mes, no lo sabemos”, detalla un diplomático europeo afincado en la capital austriaca.
Por otro lado, la delegación estadounidense se situará en otro lugar y sin ningún contacto con la República Islámica que ha descartado cualquier “encuentro” con EEUU hasta que este último levante las sanciones.
Este formato “no facilita las cosas, pero básicamente no es (…) inventar algo nuevo. Vamos a volver a lo que existía en 2015”, dijo este lunes el viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia. Extranjeros, Serguei Riabkov, a las agencias nacionales.
Para Kelsey Davenport, directora de política de no proliferación de la Asociación de Control de Armas, “esta diplomacia lanzadera no es ciertamente ideal, pero la UE está bien situada para romper el estancamiento y coordinar las medidas necesarias para restablecer el acuerdo”.
Esta experta pide “un primer gesto atrevido de ambas partes para dar un impulso al proceso y demostrar la voluntad política de todos”.
Pero la tarea no será fácil, advierten los expertos.
En cuanto a la administración estadounidense, ¿aceptará levantar todas las sanciones, como exige Irán?
Teherán lo repitió el lunes: todo “depende” de la capacidad de los europeos y de los firmantes del texto “para recordar a EEUU sus compromisos”, insistió el portavoz de la diplomacia iraní, Said Khatibzadeh.
En vísperas de las discusiones, Washington quería ser optimista.
“Si somos realistas, podemos hacerlo”, dijo el enviado de EEUU, Rob Malley, en una entrevista televisiva.
“Tendremos que trabajar mucho para analizar las sanciones y ver qué se puede hacer para garantizar que Irán reciba los beneficios que se suponía que le proporcionaría el acuerdo”, agregó.
Source: AFP