Las crecientes preocupaciones empujan al “ejército israelí” a dudar de las actividades de la vida normal, incluido el pastoreo de ganado, en la frontera del Líbano, especialmente en la zona ocupada de las Granjas de Shebaa.
El comando militar israelí justifica la tensión que domina sus misiones fronterizas al considerar a los pastores libaneses como combatientes de Hezbolá disfrazados, alegando que arrestar a algunos de ellos tenía como objetivo disuadir cualquier escalada.
El enemigo sionista también afirma que cada pastor libanés que aparece en la frontera representa una amenaza para la seguridad, ya que sin duda estaría recopilando datos para Hezbolá.
Ha pasado alrededor de un año desde que Hezbolá amenazó con abatir a un soldado israelí en respuesta al crimen sionista de matar a un combatiente de la Resistencia, el mártir Ali Mohsen, en un ataque aéreo sobre Siria en 2020.
El ejército enemigo continúa con su decisión de mantener la alerta máxima a lo largo de la frontera palestina con el Líbano.
Source: Al Manar