Con casi el 98 por ciento de los votos contados, la abigarrada coalición ultraderechista del primer ministro israelí, Benyamín Netanyahu, sigue varada hoy en 59 escaños, dos menos de los imprescindibles para formar gabinete.
El más reciente informe del Comité Central de Elecciones concede al bloque Likud, de Netanyahu, y a sus aliados circunstanciales 59 asientos en la Knesset (parlamento unicameral) de 120, dos menos de los imprescindibles para lograr la conformación de un equipo ministerial. La posibilidad del apoyo al Likud del partido islamista Ra´am, de Mansur Abbas, escisión de la Lista Árabe Conjunta, desapareció por la inclusión en la coalición formada por Netanyahu del Partido Sionista Religioso, considerado racista y, por ende, antipalestino a ultranza.
En velocidad inversamente proporcional a su alejamiento del Likud, Ra´am anduvo en dirección al partido laico Yesh Atid (Hay un Futuro, en hebreo), de Yair Lapid, segundo en la votación, con 18 asientos, poseedor del apoyo de partidos que recorren el espectro político de la izquierda a la ultraderecha.
El dos por ciento de los restantes votos por contar puede reservar una sorpresa de última hora que favorezca a Netanyahu en su propósito de formar gabinete, pero también podría reforzar a su contrincante.
Para el primer ministro ganar estos comicios resulta vital para su supervivencia política pues podría sortear las acusaciones de corrupción que pesan en su contra.
Si ninguno de los candidatos punteros logra la mayoría necesaria para integrar gabinete, serán convocados nuevos comicios, los quintos en menos de dos años, un ejercicio del cual los israelíes están hartos, como evidenció la abstención en las elecciones el pasado martes.
Source: PL