La población árabe de Israel está observando una huelga general que afecta a la mayor parte de este sector que constituye aproximadamente el 20% de la población del país.
La huelga fue convocada después de la demolición ayer de once viviendas y estructuras construidas por los árabes en la localidad de Qalansuwa, en el centro de Israel. Israel dice que las estructuras eran “ilegales” mientras que los árabes sostienen que las autoridades no les dan permisos para construir.
Las tiendas, las escuelas y las oficinas de los gobiernos locales, figuran entre las que han cerrado sus puertas a lo largo del día para protestar por la demolición de las viviendas en Qalansuwa. Los once diputados de la Lista Árabe Unida no han acudido hoy a la Knesset en solidaridad con la protesta.
En una reunión que ha tenido lugar este 11 de enero en Qalansuwa se ha acordado celebrar una manifestación que concluirá en el área donde han tenido lugar las demoliciones para protestar contra las políticas del Gobierno israelí contra la población árabe.
Un comunicado del Ministerio de Finanzas de Israel ha justificado las demoliciones diciendo que ninguna de las estructuras estaba habitada, algo que ha desmentido el alcalde de Qalansuwa, Abdel Basat Salameh, quien además ha presentado su dimisión en protesta.
Según Salameh, los árabes se ven obligados a construir en su propia tierra porque no reciben de las autoridades permiso para hacerlo.
Las demoliciones se producen un mes después de que el primer ministro Benjamín Netanyahu alentara las demoliciones en las poblaciones árabes de Israel.
Yaser Majluf, que ayer vio la destrucción de cinco estructuras en Qalansuwa, ha dicho que se trata de “una declaración de guerra contra la sociedad árabe… que incita a la violencia”.
Source: Agencias