Las tensiones entre China y EEUU están aumentando día a día, pero la confrontación generalizada entre las dos grandes potencias se ha estado gestando durante mucho tiempo y está destinada a durar, mucho más allá de las elecciones presidenciales de EEUU.
“Es difícil predecir hasta qué punto se deteriorarán las relaciones”, dijo Shi Yinhong, profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Renmin en China, quien cree que los dos rivales “han comenzado a entrar en una nueva Guerra Fría”.
En las últimas semanas, una espiral de sanciones, represalias y contra-represalias ha alimentado las noticias a un ritmo vertiginoso.
Y los temas en cuestión ilustran el alcance del enfrentamiento: desde el futuro de Hong Kong hasta el papel del fabricante de equipos Huawei, pasando por el Tíbet, el Mar de la China Meridional y la guerra de los consulados.
Por lo tanto, China ocupará un buen lugar en la campaña para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, durante la cual el saliente Donald Trump intentará culpar a Pekín por su propio fracaso e incompetencia frente a la pandemia del coronavirus.
Visiones incompatibles
La pandemia provocada por un coronavirus detectado por primera vez en la ciudad china de Wuhan a fines de 2019 finalmente ha servido como un indicador de una crisis mucho más profunda.
Después de haber agradecido calurosamente a Xi Jinping a fines de enero por “sus esfuerzos para contener” el virus, Trump ha cambiado radicalmente su discurso, acusando ahora a China de ser responsable de la crisis económica y de salud mundial.
En realidad, él terminó abrazando la estrategia de confrontación directa integral promovida por su secretario de Estado, Mike Pompeo.
Según Stephen Walt, profesor de asuntos internacionales de la Universidad de Harvard, las dos potencias económicas más importantes del mundo participan en una “competencia de seguridad a largo plazo”, “exacerbada por visiones estratégicas incompatibles”.
“Se parece a la Guerra Fría de alguna manera”, dijo Walt a AFP, considerando que la rivalidad actual “todavía no parece tan peligrosa” como la que existió entre EEUU y la Unión Soviética en el siglo XX.
Este autor considera que 70 años después de su nacimiento, China afirma sin complejos y más que nunca su condición de gran potencia antagónica con EEUU. En Washington, la clase política lamenta el fracaso de su larga esperanza en que la globalización cambiaría el sistema político chino.
EEUU teme que China se convierta en la primera potencia económica global, cosa que podría suceder dentro de pocos años, y desplace a EEUU, un país en declive, como la gran superpotencia mundial.
“Blitzkrieg económica”
El propio Mike Pompeo, quien rechazó cualquier referencia a la Guerra Fría en 2018, ya no rechaza esta comparación.
Ciertamente subrayó que las economías estadounidense y china están mucho más “profundamente entrelazadas” que las de la Unión Soviética y EEUU, pero habló de la necesidad de que los países occidentales recuperen su soberanía industrial y tecnológica para no depender más de China.
Usando una metáfora militar, el secretario de Justicia estadounidense Bill Barr también advirtió a los gigantes de Hollywood y Silicon Valley en contra de ser “demasiado complacientes” frente a una “guerra relámpago económica” dirigida por China para “adelantar a EEUU” como primera superpotencia del mundo.
Para crear un bloque anti-chino, la administración Trump quisiera alistar en sus filas a la Unión Europea. Y para eso alude a la defensa de la “libertad” contra la “tiranía”. Sin embargo, Europa no parece dispuesta a enfrascarse en una nueva guerra fría con China con el fin de agraadar a EEUU.
Esta visión de China como “una amenaza ideológica” está mal, argumenta Oriana Skylar Mastro, investigadora de un grupo de expertos del American Enterprise Institute.
Sin embargo, “existe una posibilidad real de una “guerra caliente” entre los dos campos, a niveles que nunca se alcanzaron con la Unión Soviética”, advierte. “EEUU reacciona al declive de su propio poder aumentando la presión, haga lo que haga Pekín”, que a cambio se niega a retroceder frente a tales movimientos hostiles de EEUU.
Source: ATS/NXP y Al Manar