No es una exageración decir que el completo control del Ejército sirio sobre Alepo, la capital económica de Siria, y su provincia constituyen el penúltimo paso hacia el fin de la llamada “revolución siria” y de sus aspectos políticos y militares y una de las mayores victorias del Ejército sirio desde la caída de grandes partes de la ciudad en manos de los grupos armados en 2012.
El presidente sirio, Bashar al Assad, pronunció en este sentido un discurso corto, marcado por la calma y la confianza, y fue cauto al mismo tiempo, lejos de los eslóganes, amenazas e insultos de sus oponentes. Él fue claro al decir que “esta liberación es importante, pero no significa el fin de las agresiones y complots, aunque supone un duro golpe para los terroristas. Debemos prepararnos para lo que venga en las próximas batallas”. Él alabo la resistencia del pueblo de la ciudad y los sacrificios de los mártires y los hijos de la resistencia.
La recuperación de la totalidad de la ciudad de Alepo por parte del Estado sirio es un paso decisivo en la reconstrucción económica, ya que los empresarios y comerciantes de esta ciudad son conocidos por su habilidad e inteligencia y son capaces de generar un milagro económico allí donde operan, ya sea dentro o fuera de Siria.
El miércoles, el primer avión procedente de Damasco aterrizará en el Aeropuerto Internacional de Alepo desde su cierre en 2012 y otros vuelos están programados para El Cairo, y también quizás para Dubai y otras ciudades. La autopista internacional que une la ciudad con la capital, Damasco, (M-5) también estará lista para finales de esta semana. Esto supone un fuerte ímpetu para el retorno de la vida a las arterias de la economía nacional, a pesar del bloqueo y la guerra.
Estas victorias sobre el terreno del Ejército sirio han colocado en una posición de gran dificultad a las facciones armadas y a su aliado turco. Las amenazas del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de utilizar la fuerza son ilegales puesto que nadie ha invitado al régimen turco a enviar tropas a Siria. Sin embargo, ellas no han impedido el progreso del Ejército sirio. Erdogan recurre a menudo a tales amenazas no para implementarlas, sino para presionar a la otra parte para que acepte acuerdos de alto el fuego, pero este enfoque ya no es posible, como evidencian los tres encuentros de delegaciones turcas y rusas, el último de los cuales tuvo lugar en Moscú, y que terminaron sin resultados. Rusia mantiene una postura de firmeza y ya no confía en el gobierno de Erdogan, que nunca ha podido o querido respetar los acuerdos de cese el fuego alcanzados anteriormente. Rusia ha desplegado tropas en la autopista M-5 y enviado dos aviones Tu-160 a Siria en un claro mensaje a Turquía.
Las relaciones entre Rusia y Turquía se han deteriorado en los últimos meses. Erdogan ha visitado Ucrania y allí mostró su apoyo al retorno de Crimea a la soberanía ucraniana. También pidió ayuda a EEUU y la OTAN y a suministrado al Frente al Nusra misiles antiaéreos con los que este grupo terrorista fue capaz de derribar dos helicópteros sirios. Al mismo tiempo, Al Nusra ha enviado drones a atacar la base rusa de Hamaimim.
Pese a su alianza con los terroristas, el gobierno turco teme la huida de miles de terroristas y sus familias hacia su territorio lo que supondría un desafío en el terreno de seguridad y el económico para un país que hace frente a graves dificultades económicas. Esto se produce en un contexto donde el régimen turco carece de amigos en su vecindad y en que la oposición interna está creciendo en poder e influencia, como demuestra la derrota del partido de Erdogan en las recientes elecciones municipales en Ankara y Estambul. En este sentido, un choque militar con el Ejército sirio no resolverá los problemas de Erdogan, sino que los complicará.
Restaurar la soberanía siria sobre la ciudad de Idleb y el resto de la provincia de Idleb que queda en poder de los terroristas es un derecho legítimo y un deber nacional del Ejército sirio, como ha hecho en todas las ciudades sirias durante los pasados nueve años. Turquía, que ha llevado a cabo una feroz guerra contra los separatistas kurdos durante más de 30 años, no puede, en este sentido, reprochar nada a Siria.
El retorno de Alepo a la soberanía siria ha destruido las ambiciones turcas en esta ciudad, cuyas raíces se remontan a miles de años y que se levantará de las ruinas de la destrucción para afianzar su identidad árabe e islámica y su desarrollo y prosperidad.
Alepo será también un lugar decisivo para el colapso de la “revolución siria” y un símbolo de la firmeza y sacrificio de la población siria frente a los terroristas y sus patrocinadores, a la cabeza de los cuales está el régimen de Erdogan en Turquía y sus sueños de expansionismo neo-otomano.
Source: Al Rai al Youm (traducido por el sitio de Al Manar en español)