Un dirigente de una antigua milicia pro-israelí que existió en el Sur del Líbano, el llamado “Ejército del Sur del Líbano” o milicia de Antoine Lahad, fue arrestado a su regreso al Líbano, dijo el jueves una fuente judicial en medio de denuncias por tortura en su contra presentadas por antiguos detenidos libaneses.
Según esta fuente, el tribunal militar ordenó el arresto de Amer al Fakhoury, ex jefe del campo de concentración de Jiam, establecido en 1984 en una zona del sur del Líbano ocupada por el ejército israelí.
Recientemente regresado del exilio, Faroukhy ha sido interrogado desde el miércoles por la Sûreté Générale, dijo una fuente de los servicios de seguridad a AFP. Él fue condenado en rebeldía a 15 años de prisión por colaborar con “Israel”.
El campo de concentración de Jiam fue dirigida por la milicia armada financiada por Israel, que durante 22 años ocupó el Sur del Líbano antes de su retirada en 2000.
Ex detenidos, principalmente libaneses y palestinos, acusaron a Amer al Fakhoury de ordenar la tortura de miles de prisioneros.
El jueves 12 de septiembre, un centenar de ellos se manifestaron frente al Ministerio de Justicia en Beirut, denunciando el regreso del “carnicero” al Líbano.
“Ni una sola persona detenida en Jiam se salvó de las torturas físicas y psicológicas”, dijo Abbas Kabalan, que estuvo detenido en Jiam de 1987 a 1988.
“Fakhoury solía ordenar la tortura de los detenidos”, dijo, asegurando que él en persona participó en las palizas a los prisioneros.
Cerca de él, Hilal Salmane, un ex detenido, acusó a Fakhoury de ordenar en 1989 lanzar en una celda una bomba incendiaria, que causó la muerte de su hermano.
Amer al Fakhoury dejó el Líbano en 1998. Se unió a la inteligencia militar israelí y luego viajó a EEUU donde le fue otorgada la nacionalidad.
Intervención de EEUU
La embajada estadounidense en Beirut intervino, contactando a varios líderes libaneses para solicitar una reunión y brindar asistencia al detenido, con el pretexto de que posee la nacionalidad estadounidense.
Algunas fuentes cercanas al caso creen que la presión norteamericana conducirá a su liberación. Otros dicen, sin embargo, que la justicia seguirá su curso.
Source: AFP – Al Akhbar