Las sanciones norteamericanas impuestas contra dos diputados y un responsable de seguridad de Hezbolá, Wafiq Safa, que lleva la coordinación entre el movimiento y las agencias de seguridad libanesas, son una muestra de la frustración de Washington por el crecimiento del poder e influencia de Hezbolá en el Líbano y sus propios fracasos en este país.
El régimen israelí aplaudió, según el periódico libanés Al Binaa, esta medida de EEUU y pidió que se extienda al Ejército libanés y la FPNUL (Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano), una fuerza de la ONU. Israel está irritado por la notable aproximación del Ejército libanés a Hezbolá, que ha estado maravillosamente ilustrada en el reciente discurso del secretario general de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasralá.
Los analistas estiman que la decisión de EEUU de imponer las sanciones a los diputados de Hezbolá está motivada por los siguientes objetivos:
1) Washington busca limitar la presencia de los representantes de Hezbolá en el Gobierno y el Parlamento, cosa difícil porque el Parlamento sale de las elecciones y Hezbolá tiene ahora el grupo parlamentario más grande de su historia.
2) Washington quiere vengarse por el rechazo del gobierno libanés a participar en el foro económico de Manamá reunido para debatir el lado económico y financiero del “acuerdo del siglo”.
3) La administración Trump quiere también vengarse de los libaneses por el fracaso de su proyecto de mediación gasuística entre el Líbano y el régimen israelí, un proyecto que iba a llevar a la delimitación de las fronteras terrestres y marítimas entre el Líbano y la Palestina ocupada. La parcialidad de EEUU en favor de Tel Aviv, sin embargo, llevó al fracaso estas negociaciones indirectas.
4) Washington ve ademas con preocupación las recientes propuestas parlamentarias de Hezbolá en diversos campos, que le han granjeado una gran popularidad: la aprobación de nuevas leyes contra la corrupción, la bajada de impuestos al personal del Ejército, el bloqueo a las subidas de impuestos a las clases más desfavorecidas y una nueva tasa del 2% a los productos importados del extranjero. Es por esta popularidad por lo que los norteamericanos han impuesto sanciones contra los dos parlamentarios de Hezbolá. Sin embargo, ellas van a aumentar la popularidad de Hezbolá y su grupo parlamentario porque a ojos de los libaneses, lo que realiza el gobierno de EEUU es una injerencia inaceptable en los asuntos internos del Líbano. La sanción a los diputados es una sanción al pueblo libanés que los votó.
Todo ello servirá para ampliar la base social de Hezbolá, que cuenta con unas credenciales nacionalistas impecables. Las últimas elecciones legislativas marcaron ya el fracaso de los intentos de EEUU contra Hezbolá. Hezbolá obtuvo un récord de votos y diputados y se convirtió en una fuerza insoslayable en el escenario político libanés, que los aliados europeos de EEUU no pueden ignorar. El primer ministro libanés, Saad Hariri, sabe bien que no se puede dejar de lado a Hezbolá y trabaja con varios miembros del movimiento presentes en su gabinete.
De este modo, en lo que se refiere al pueblo libanés, las sanciones anti-Hezbolá de Washington no tendrán otro efecto que el de aumentar la desconfianza y el resentimiento hacia EEUU. Es así que las puertas del Líbano se cerrarán poco a poco a EEUU para abrirse a los adversarios de Washington, incluyendo Rusia.
Source: Al Binna