La conferencia de Manamá, que se desarrolló del 25 al 27 de junio, acabó en un fiasco, tal y como los analistas había predicho. La mejor prueba de ello fue la retahíla de insultos del yerno de Donald Trump, Jared Kushner, a los líderes y grupos palestinos a los que acusó de “negligencia ante su pueblo”.
Cuando la cadena de televisión Fox News le preguntó qué responsables palestinos (en Ramalá o Gaza) se habían entrevistado con él con respecto a su “acuerdo del siglo”, él mintió groseramente: “En Gaza y Cisjordania, las gentes son optimistas (con respecto a su acuerdo)”, olvidando así las manifestaciones masivas en ambos territorios palestinos contra el mismo y el rechazo de todos los dirigentes y grupos palestinos al mismo.
Evidentemente, para él es más fácil mentir que perder la cara reconociendo su iniciativa ha sido objeto de un rechazo tan amplio no solo en Palestina, sino en toda la región.
No obstante, la cereza sobre el pastel fue colocada cuando Kushner pretendió que el “acuerdo del siglo” sufre su “mayor obstáculo” en Irán, reconociendo a su pesar que el Eje de la Resistencia es el que lleva ahora el liderazgo en la lucha por la liberación de Palestina.
No obstante, corresponde decir que fue el rechazo de los grupos palestinos el que llevó al fracaso de la conferencia. Obviamente, sin el consentimiento del lado palestino ningún plan puede tener éxito. Los palestinos han estado defendiendo su causa sagrada durante 70 años y realizado múltiples sacrificios. Por su parte, la comunidad internacional ha fijado sus criterios para una solución: un Estado palestino independiente con Jerusalén Este como su capital y con las fronteras de 1967. La única otra solución es un solo estado binacional. Ambas soluciones son rechazadas por Israel, que prefiere dejar el conflicto enquistado de la manera actual, aunque eso no es viable a largo plazo.
El banquero Kushner, un conocido sionista, bautizó engañosamente la conferencia con el nombre de “De la Paz a la Prosperidad” y la presentó como “la ocasión del siglo”. Él ha planteado la cifra de 50.000 millones de dólares en diez años para “relanzar la economía en la región” y “construir infraestructuras decentes”. Y todo para hacer olvidar a los palestinos sus reivindicaciones políticas. ¿Quién pagaría tal cantidad? Nadie lo sabe. Los documentos estadounidenses son muy ambiguos sobre el origen de los fondos y no hablan de ningún compromiso concreto.
En el terreno político, la conferencia fue totalmente estéril. Ni una sola vez se mencionó el tema de los dos estados. Solo se dice que la “parte política del plan” será revelada “en el momento oportuno”. Los equipos que se ocupan del plano político y el económico serán distintos, afirmó Kushner sin convencer al público.
Abbas Daher, analista del diario libanés El Nashra, analiza la conferencia a posteriori: “Fue un revés rotundo, casi ridículo. Se habló de los palestinos en total ausencia de palestinos. Kushner creía que una promesa de miles de millones de dólares satisfaría a los palestinos, y les haría aceptar un proyecto político del que desconocen los detalles. Sin embargo, la claridad de un proyecto político es la base de su éxito. ¿Puede EEUU esperar que los palestinos acepten un acuerdo con tantas sombras sobre la base de una mera promesa de dinero? El problema es que los estadounidenses piensan que todo se resuelve con dinero, Se supone que la presión económica y las amenazas hacen milagros, por lo que pensaron que con el dinero de sus vasallos árabes convocados a Manamá podría lograr el consentimiento de los palestinos para un proyecto que menoscaba sus derechos. Pero se equivocaron”.
El autor cree que la conferencia de Manamá fue planteada por Bahrein, Arabia Saudí y los EAU como la oportunidad de lograr un acercamiento a Israel a costa de los palestinos. A partir de ahora, la causa palestina queda fuera del juego de estos tres regímenes árabes de Golfo Pérsico, pero ella queda ahora totalmente en manos del Eje de la Resistencia. Esto será una verdadera calamidad para Riad, Abu Dhabi y compañía, indica el analista.
Source: Press TV