EEUU anunció el 7 de junio que le iba a dar a Turquía hasta fines de julio para el abandono de la adquisición de los misiles rusos S-400, que consideran incompatibles con el nuevo avión furtivo estadounidense F-35 que Ankara también quiere adquirir.
Si para el 31 de julio Turquía no ha renunciado al sistema de defensa aérea ruso S-400, los pilotos turcos que se entrenan actualmente en EEUU en el manejo de los F-35 serán expulsados, dijo a los reporteros Ellen Lord, secretario de Defensa adjunto a cargo de las adquisiciones,.
El personal turco del consorcio internacional que fabrica el F-35 será reemplazado y los subcontratos adjudicados a empresas turcas para la fabricación del F-35 se cancelarán en la misma fecha. Añadió que las oficinas del consorcio estarán prohibidas para el personal de la Fuerza Aérea turca y los cuatro aviones que Turquía ya compró, pero que aún se encuentran en territorio estadounidense, no se entregarán.
El funcionario de EEUU justificó este ultimátum por el hecho de que Turquía, un aliado de EEUU en la OTAN, había enviado personal a Rusia para comenzar el entrenamiento en el S-400.
Pero también se produce tres días después de las nuevas declaraciones del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien aseguró que no retrocedería en la adquisición del sistema ruso, y agregó que Turquía podría considerar comprar el sistema de misiles Patriot de EEUU si las condiciones fueran tan favorables como las ofrecidas por Rusia para sus S-400.
“Pero desafortunadamente no hemos recibido una propuesta positiva de parte estadounidense sobre el Patriot”, dijo.
El jefe del Pentágono, Patrick Shanahan, dijo que envió una carta a su homólogo turco, Hulusi Akar, para informarle sobre estas decisiones.
Le dijo a la prensa que la oferta estadounidense para el Patriot era “muy competitiva”.
Ankara se niega oficialmente a reconsiderar la compra del sistema ruso de defensa antiaérea y antimisles S-400 y dice que la entrega de las primeras baterías está prevista para este verano, en junio o julio.
Source: Agencias