El ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, criticó al presidente de EEUU, Donald Trump, por declarar en Twitter que Washington va a tomar medidas económicas contra Ankara en el caso de sus ataques contra las Unidades de Protección Popular (YPG).
“Vemos que sobre Trump se ejerce fuerte presión para que no retire las tropas de Siria, y se encuentra en una situación complicada, pero, sin embargo, no se puede discutir estos temas a través de las redes sociales”, dijo Cavusoglu al canal NTV.
Destacó que Turquía mantiene abiertos todos los canales de comunicación oficiales con EEUU.
Cavusoglu afirmó además que Ankara no tiene miedo a las amenazas.
“La cooperación con los terroristas no llevará a ninguna parte; mejor nos quedamos con hambre, sin comida y agua, pero hacemos todo lo necesario; EEUU y todos los demás países deben mostrar suficiente respeto hacia Turquía”, dijo.
Cavusoglu declaró también que la idea sobre la creación de una zona de seguridad de 30 kilómetros en el norte de Siria no pertenece a Donald Trump, sino a su homólogo turco Recep Tayyip Erdogan.
También: Diputado sirio: la retirada de EEUU da luz verde a Turquía para combatir a los kurdos en Siria
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, declaró a mediados de diciembre que Ankara está lista para iniciar una operación al este del Éufrates, así como en la ciudad siria de Manbij, contra las milicias kurdo-sirias de las YPG si Estados Unidos no las retira de allí.
Más tarde, Erdogan dijo que decidió aplazar el comienzo de la operación tras la conversación telefónica con Trump el 14 de diciembre, cuyo resultado fue la decisión de Trump de retirar de Siria las tropas de EEUU.
Durante una rueda de prensa celebrada en Ankara, el ministro afirmó que “el régimen sirio, que nunca creyó en un proceso político, comete violaciones periódicas de este acuerdo”, no obstante “funciona exitosamente, y Rusia también lo confirma”.
“Trabajamos juntos para eliminar los pequeños problemas que van surgiendo”, agregó Cavusoglu.
Uno de los asuntos pendientes, según el canciller turco, es el futuro de los extranjeros que combaten del lado de los grupos radicales en Idleb.
“He planteado este tema en la OTAN, provocando la risa de otros ministros de Exteriores. Ya sabemos que no quieren recibirlos de vuelta, pero no queda otro remedio, son sus nacionales”, dijo.
El 17 de septiembre pasado, los líderes de Rusia y Turquía, Vladímir Putin y Recep Tayyip Erdogan, firmaron en la ciudad rusa de Sochi un memorando que busca mejorar la situación en la gobernación Idleb, a donde se habían ido trasladando los grupos rebeldes reacios a abandonar la lucha armada contra el Gobierno sirio.
El acuerdo establece en la provincia una zona desmilitarizada de 15 a 20 kilómetros en la línea de separación entre la oposición armada y las tropas sirias, libre de terroristas, sin armamento pesado en manos de opositores, y controlada por las tropas turcas y la policía militar rusa.
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto en el que las tropas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y a organizaciones terroristas.
La solución del conflicto se busca en dos plataformas, la de Ginebra, bajo los auspicios de la ONU, y la de Astaná, copatrocinada por los países garantes de la tregua: Rusia, Turquía e Irán.
Source: Sputnik