La ira pública continuaba el jueves en Jordania, pese a la renuncia del primer ministro y promesas del rey Abdulá II, con un rechazo total a medidas de austeridad sugeridas por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Las protestas multitudinarias seguían presentes en esta capital y otras ciudades, a causa de un proyecto de ley que, de aprobare por el Parlamento, subirá los impuestos al pan, el combustible y las tarifas eléctricas, entre otros artículos.
También incrementará hasta cinco por ciento los tributos impositivos de los empleados públicos, mientras que a las empresas las gravarán de 20 a 40 puntos porcentuales.
Todo ello como resultado de una política dirigida a pagar un préstamo de 723 millones de dólares concedido por el FMI y a sus recomendaciones.
Anoche, miles de personas se concentraron en zonas cercanas a las oficinas del primer ministro y a viva voz solicitaron cambios en decisiones económicas que tendrán un impacto negativo en la subsistencia ciudadana.
Doctores, abogados y maestros plantaron una huelga contra las medidas sugeridas por el FMI, a la vez que exigieron del Gobierno un abandono de esas proyectadas reformas.
Algunos manifestantes ondeaban banderas jordanas o llevaban carteles que decían ‘Temo por mi futuro’ o ‘corrupción=hambre’.
Después de una semana de protestas, hay pocas señales de una disminución de la ira pública, aunque el monarca Abdalá II prometió una revisión completa de la propuesta de ley tributaria.
La mayoría de los diputados aseguran que votarán en contra, pero aun así los manifestantes esperan el ocaso y rompen el ayuno del Ramadán o mes sagrado musulmán, para demandar una retirada total de la legislación.
Source: Agencias