Arabia Saudí hizo frente a un día difícil el miércoles tras sufrir un duro golpe cuando Hariri retiró su dimisión, mostrando así en efecto que él fue obligado a presentarla bajo coacción cuando se hallaba en Riad. En este sentido, el Washington Post señala que Mohammed bin Salman es el responsables de los graves errores de la política exterior saudí.
El miércoles, Saad Hariri retiró la dimisión, que había sorprendido a los libaneses cuando ésta fue anunciada hace tres semanas.
Por otro lado, el diario norteamericano señala que la Irán, junto con Rusia y Turquía, ha tomado el liderazgo en la resolución del conflicto sirio, donde la oposición pro-saudí sigue empecinada en su cada vez más irrealista demanda de que el presidente Bashar al Assad abandone el poder.
Mohammed bin Salman es el responsable de la mayoría de las decisiones erróneas adoptadas por el reino saudí, indica el Post. En algunos círculos, el príncipe heredero es acusado de aventurerismo y brutalidad tanto en la esfera interna -donde acaba de purgar a centenares de príncipes, altos funcionarios y oficiales del ejército sometiéndolos a tortura para que acepten ceder su dinero y propiedades- como en el exterior, como puede verse en las matanzas de civiles yemeníes cometidos por la aviación saudí o en la persistencia del bloqueo y las provocaciones contra el vecino Qatar.
Las acciones de Bin Salman, dirigidas a incrementar las tensiones con Irán y Hezbolá, no han logrado disminuir la influencia de Irán en países como Iraq, Siria o el Líbano, donde dicho país es visto como un aliado fundamental en la lucha contra el terrorismo wahabí, amparado ideológica y financieramente por el reino saudí.
En Yemen, el reino ha lanzado acusaciones no probadas sobre el suministro a Yemen de misiles por parte de Irán o Hezbolá. Estos últimos han negado tales alegaciones.
La última decisión de Hariri de retirar la dimisión ha dejado en evidencia al régimen saudí ante el mundo y ha dañado su imagen aún más dentro del propio Líbano, donde personas de todas las confesiones han condenado el trato saudí hacia el primer ministro.
Source: The Washington Post