Durante su primera visita oficial a la provincia de Kermanshah el miércoles, el presidente iraní Pezeshkian declaró con firmeza que la inquebrantable determinación de la nación no se verá afectada por las incesantes amenazas y presiones que ha soportado durante casi cinco décadas.
En un conmovedor discurso ante las élites locales, intelectuales y figuras culturales, el presidente destacó con vehemencia la resiliencia, el honor, la valentía, la paciencia y el espíritu de sacrificio del pueblo iraní, que le han permitido resistir 47 años de inútiles intentos de sus adversarios por socavar la República Islámica.
Pezeshkian rechazó con vehemencia las acusaciones que etiquetan a Irán como una fuente de inestabilidad regional, señalando la hipocresía de los críticos que han infligido un inmenso sufrimiento a poblaciones indefensas como la de Gaza, donde 60.000 hombres, mujeres y niños han perecido en bombardeos y se han visto privados de necesidades básicas como agua y medicamentos. Afirmó que las verdaderas raíces de los desafíos de Irán residen en las injustas políticas de sanciones, terrorismo económico, belicismo y destrucción promovidas por potencias extranjeras hostiles.
Al referirse a los asesinatos de científicos iraníes, el presidente señaló con insistencia que los perpetradores no eran iraníes, sino las mismas entidades que ahora lanzan acusaciones contra Irán.
Condenó duramente los cuantiosos recursos reunidos por EEUU y sus aliados en un vano intento por sembrar la división interna, enfatizando su incapacidad fundamental para comprender el espíritu indomable del valiente pueblo iraní, invencible.
Pezeshkian subrayó el firme compromiso de Irán con la cooperación regional, citando sus tratados de hermandad y amistad con los países vecinos y su categórico rechazo a la expansión territorial. El único objetivo de Irán, afirmó, es elevar la dignidad y el orgullo de su pueblo, una convicción profundamente arraigada en la historia y la cultura de la nación. Si bien la República Islámica no busca el conflicto, nunca sacrificará su dignidad por la falsa promesa de paz.
El presidente hizo un llamamiento a la unidad nacional de todos los iraníes, independientemente de su idioma, religión o creencias, como clave para construir una nación poderosa. Instó a los ciudadanos a esforzarse por ser un ejemplo inspirador para la región, tal como lo imaginó el Líder de la Revolución Islámica.
Pezeshkian concluyó desestimando las amenazas como meras ilusiones alimentadas por los adversarios de Irán, señalando las atrocidades y la agresión del régimen sionista contra los palestinos como evidencia de la verdadera causa de la inestabilidad. Con un pueblo unido, declaró, Irán seguirá prosperando y desarrollándose como una nación próspera.
Source: Medios iraníes