Human Rights Watch acusó a “Israel” el miércoles 23 de abril de llevar a cabo ataques aéreos “indiscriminados” durante su guerra abierta contra el Líbano en el otoño de 2024, citando el ejemplo de una aldea en el este del Líbano donde 33 civiles fueron martirizados.
Un acuerdo de tregua alcanzado el 27 de noviembre puso fin a más de un año de hostilidades, incluidos dos meses de guerra abierta, entre “Israel” y Hezbolá.
Según un informe de la ONG, el 25 de septiembre, una bomba aérea guiada JDAM, de fabricación estadounidense, impactó un edificio residencial, matando a 23 miembros de una familia siria en Yunin, al este del Líbano.
Un segundo ataque el 1 de noviembre destruyó una casa y mató a 10 civiles, incluidas cinco mujeres y un bebé de un año.
Ambos ataques “constituyeron claramente ataques indiscriminados contra civiles” y deberían ser investigados como crímenes de guerra, afirmó HRW, añadiendo que no encontró “ninguna evidencia de actividad militar ni de objetivos militares en ninguno de los sitios”.
Según la ONG, el ejército de ocupación israelí no había hecho previamente ningún llamamiento a la evacuación y afirmó haber contactado al ejército el 24 de marzo “pero no recibió ninguna respuesta”.
“Cada vez hay más pruebas que demuestran que las fuerzas israelíes no llevaron a cabo sistemáticamente una protección de los civiles durante sus ataques en el Líbano en 2023 y 2024, o en la distinción adecuada entre objetivos militares y civiles”, afirmó Ramzi Kaiss, investigador sobre el Líbano en HRW.
Según HRW, “el gobierno libanés debería allanar el camino hacia la justicia para las familias en duelo, incluso otorgando a la Corte Penal Internacional jurisdicción para investigar y procesar estos crímenes”.
“Todos los países, incluidos EEUU, Reino Unido, Canadá y Alemania, deberían suspender la asistencia militar y la venta de armas a “Israel””, añadió HRW.
Source: Agencias