Las protestas están aumentando en toda Turquía y ahora se están extendiendo más allá del tema del alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, para desafiar al presidente Recep Tayyip Erdogan, dicen los observadores.
“Hay una gran ira. La gente sale espontáneamente a las calles. Algunos jóvenes se están politizando por primera vez en sus vidas”, señala Yuksel Taskin, diputado del CHP (Partido Republicano del Pueblo, socialdemócrata), el principal partido de la oposición al que pertenece Imamoglu, detenido el miércoles.
Desde el miércoles se producen protestas masivas, que no hacen más que aumentar, en dos tercios de las 81 provincias de Turquía, según un recuento de AFP, incluso en bastiones del AKP, el partido presidencial, como Konia (centro), Trabzon y Rize en el Mar Negro, a pesar de las prohibiciones de las autoridades y del despliegue masivo de la policía.
En estas manifestaciones están representadas distintas sensibilidades políticas, a menudo protagonizadas por jóvenes, sobre todo estudiantes, a quienes a menudo se presenta como carentes de compromiso político.
Esta ola de protestas no tiene precedentes desde las grandes manifestaciones de 2013, que comenzaron en el Parque Gezi de Estambul y se extendieron gradualmente a casi todo el país.
“El sentimiento de estar atrapado económica, social, política e incluso culturalmente ya estaba muy extendido. (Esta detención) provoca una fuerte reacción, sobre todo entre los jóvenes, preocupados por su futuro en un país donde las libertades están cada vez más restringidas. Esta es una reacción que va más allá de Imamoglu”, dice Kemal Can, periodista y autor de numerosos libros sobre la sociedad turca.
“Hijos de los Saqueadores”
“Somos los hijos de los saqueadores que han crecido”, proclamaban las pancartas de los jóvenes manifestantes, burlándose de la expresión utilizada en 2013 por el entonces primer ministro Erdogan para referirse a los manifestantes.
“No se trata sólo del CHP, sino de todos. La cuestión es si Turquía vivirá bajo un régimen autoritario o si será un país democrático”, afirma Ilhan Uzgel, vicepresidente de relaciones exteriores del CHP.
Para subrayar el carácter no partidista de la movilización, el CHP invitó a todos los turcos, incluso a los no miembros del partido, a participar el domingo en una votación simbólica en las primarias durante las cuales Ekrem Imamoglu, el único candidato en la carrera, será designado como candidato presidencial.
“Estamos decididos a celebrar estas primarias. Están intentando detenernos, pero lo lograremos”, afirmó Uzgel.
La rama en Estambul del partido pro kurdo DEM, el tercero más grande en el Parlamento turco, también expresó su apoyo a las manifestaciones, que se han convertido en algo diario, frente al ayuntamiento de la ciudad.
“Están intentando consolidar el régimen moldeando a la oposición a través del sistema de justicia. Toda la oposición debe mostrar solidaridad”, dijo Ibrahim Akin, diputado del DEM.
Intentos de división
El gobierno acusa regularmente al DEM de tener vínculos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), un movimiento armado considerado terrorista por Ankara, cuyo líder histórico, Abdullah Öcalan, pidió recientemente la dejación de las armas.
Durante varios años, el gobierno ha buscado fragmentar a la oposición, ahora mayoritaria, o mantenerla ocupada con problemas internos. Lo ha conseguido varias veces. Pero esta vez, la oposición ha frustrado esta estrategia”, dijo Kemal Can.
Gönül Tol, del Instituto de Oriente Medio en Washington, dijo que el intento del gobierno de “abrir una brecha” entre el DEM y otros partidos de oposición durante la iniciativa de paz con el PKK fracasó después de las fuertes críticas del DEM al arresto de Imamoglu.
“El gobierno ahora parece estar poniendo a prueba la capacidad de la protesta para perdurar. Espera debilitarla mediante presiones, prohibiciones de manifestaciones y detenciones. Pero si esta ola continúa, entonces podremos hablar de una nueva dinámica social y política”, afirma Kemal Can.
“Si la oposición teme amenazas de las autoridades que la acusan de provocar a la calle y su determinación se debilita, el gobierno aumentará la presión. Los próximos días serán decisivos”, añade.
Source: AFP