Palestinos liberados denunciaron este miércoles las torturas y vejaciones a las que fueron sometidos en prisiones israelíes, en medio de reportes sobre la creciente represión en esos centros penitenciarios.
Uno de los reclusos pidió agua, por lo que un soldado orinó en una botella y lo obligó a beberla, relató Muhammad Abu Seif, de 18 años, en declaraciones al portal noticioso Al Quds.
“La cárcel de Ofer no es una prisión, sino un infierno, hemos visto la muerte en todas sus formas y cada minuto que pasamos dentro fue como mil años”, subrayó.
Abu Saif explicó que fue arrestado en un puesto de control castrense ubicado en la Franja de Gaza.
“Los soldados me golpearon y torturaron, y en mi camino a la prisión me dijeron palabras obscenas”, indicó.
Otro palestino, identificado como Mohammed, señaló que los militares le ataron los pies y manos y luego le vendaron los ojos, lo cual es muy común entre los detenidos del enclave costero.
“Nos obligaron a sentarnos de rodillas, a no movernos y a mirar a derecha e izquierda. Solo dormíamos desde medianoche hasta las 04:00 hora local, y luego comenzaban las torturas, insultos y palizas”, señaló.
Explicó que durante 12 días estuvo encerrado en una base, donde fue golpeado a diario con la culata de los fusiles, mientras lo escupían y lo insultaban.
“Luego me trasladaron a Ofer, que carece de las condiciones mínimas de vida, porque en la celda estaban hacinadas 15 personas”, apuntó.
Mohammed indicó que en ocasiones los militares obligaban a los reclusos a sacar las manos a través de las rejas y las golpeaban hasta romperlas.
“A ello se suma el uso de perros para asustarnos y amedrentarnos, algunos de nosotros sufrimos contusiones y magulladuras por sus ataques”, contó.
Mientras, Ahmed Al-Wadiya indicó que fue desnudado y colgado por las manos, tras lo cual comenzaron a golpearlo y a torturarlo con descargas eléctricas.
“Fui arrestado durante una ofensiva israelí contra el barrio de Shujaiya, ubicado en la norteña ciudad de Gaza”, reveló.
“Estuvimos atrapados dentro de la casa durante diez días, luego los soldados irrumpieron y obligaron a las mujeres a huir hacia el oeste, a los hombres nos obligaron a quitarnos la ropa y nos interrogaron durante tres días”, explicó.
Al-Wadiya comentó que fue trasladado a la prisión de Sufa, donde fue sometido a torturas diarias y luego enviado a Ofer, donde solo daban apenas una ración de alimentos cada 24 horas.
“Me golpearon y me insultaron, no me trataron como a un ser humano más bien como a un animal”, coincidió Adham Bahar.
Medios de prensa y organizaciones palestinos denuncian desde hace meses que las autoridades penitenciarias israelíes incrementaron los maltratos y vejaciones desde el estallido del actual ciclo de violencia, en octubre del pasado año.
Source: Prensa Latina