Antes de dar la orden de atacar la base aérea siria de Shairat, el presidente de EEUU, Donald Trump, estaba al tanto de que Damasco no había usado armas químicas en la ciudad de Jan Sheijun, declaró el periodista estadounidense, Seymor Hersh.
El autor afirma que Trump tomó la decisión sin tener en cuenta la opinión de expertos y luego, su Administración trató de crear en los medios un panorama que la pudiera justificar. En su investigación, Hersh se basa en los datos recibidos por parte de numerosas fuentes del Gobierno y servicios de inteligencia de EEUU.
Según Hersh, Washington sabía de la operación inminente sobre ataques aéreos de las fuerzas sirias contra Jan Sheijun, de los cuales le informó Rusia a fin de evitar víctimas entre agentes de Washington integrados en las filas de los terroristas.
“Para aquel momento, los datos de los servicios de inteligencia mostraban que el 4 de abril, la Fuerza Aérea de Siria estaba controlando el lugar del encuentro de los islamistas. Para efectuar la operación, los rusos les proporcionaron una bomba guiada, equipada con una ojiva convencional”, escribe Hersh en su artículo para el diario alemán Welt am Sonntag.
El periodista opina que el objetivo del ataque sirio fue un edificio de dos pisos donde planeaban reunirse los extremistas. En el sótano del edificio se encontraba un depósito con misiles, armas y municiones, además de productos detergentes químicos a base de cloro que se usan para limpiar los cuerpos de los fallecidos antes de enterrarlos. Durante el ataque, los proyectiles impactaron el edificio, después de lo cual, se dispersó en el aire una gran cantidad de cloro en forma de nube.
Hersh recalcó que “varios días antes los servicios rusos informaron sobre la operación a los estadounidenses que se encontraban en Doha”. De acuerdo con el periodista, uno de los asesores de seguridad de Trump dijo: “No fue un ataque con armas químicas. Es un mito”.
Sin embargo, al cabo de varias horas, prosigue Hersh, Trump ordenó efectuar un ataque en respuesta al supuesto uso de armas químicas después de haber visto algunas fotos de adultos y menores de edad afectados gravemente a causa de las sustancias venenosas. Así describe Hersh su reacción:
“Manos a la obra”, dijo Trump, a pesar de que le aseguraron que no había pruebas del uso de armas químicas por parte de las fuerzas sirias.
Hersh señaló que los militares le ofrecieron a Trump cuatro guiones: renunciar al ataque, atacar el aeródromo, efectuar ataques masivos de varios objetos militares sirios y puntos de mando con el uso de bombarderos y aún aniquilar físicamente al presidente sirio, Bashar Asad.
Trump eligió el segundo, y se lanzaron los 59 misiles Tomahawk desde los buques de guerra Ross y Porter que en aquel momento se encontraban en el mar Mediterráneo.
“Desde el inicio y hasta el final todo eso fue un típico show de Trump”, cita el periodista a uno de los asesores de la Casa Blanca para seguridad.
Al cabo de varios días, la Administración de Trump organizó una rueda de prensa cerrada.
“Su esencia fue la siguiente: el hecho de que Rusia negara que se usaran armas químicas es una mentira descarada ya que el presidente Trump ya había declarado anteriormente el uso del gas sarín”, relata el autor.
Hersh mencionó que la mayoría de los medios estadounidenses reaccionaron de forma positiva al bulo por parte de la Casa Blanca al empezar a acusar a Moscú de lo sucedido.
Source: Sputnik