El 24 de febrero está prevista la celebración de una cumbre extraordinaria de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) en la sede de la institución en Abuja, capital federal de Nigeria. El principal tema del orden del día es la retirada de Malí, Burkina Faso y Níger de la organización de África Occidental. Recordemos que estos tres países crearon la Alianza de los Estados del Sahel (AES) el pasado mes de septiembre. Una formación política nacida del deseo de los líderes de estos tres países vecinos de aunar sus fuerzas para afrontar mejor los desafíos actuales y futuros.
Ahora que los tres países se han retirado de la organización subregional, la pregunta que surge es hasta dónde llegará la CEDEAO en su deseo de salvar a su grupo. Y hasta dónde podría llegar en concesiones para lograr un cambio de posición por parte de los líderes de los tres países. La cuestión está tanto más fundada cuanto que, de Bamako a Niamey pasando por Uagadugú, los dirigentes de los países del AES siguen insistiendo en la irrevocabilidad de su decisión hasta el punto de que nos preguntamos si la CEDEAO todavía tiene posibilidades de llamar la atención de los países AES.
Al mostrar una postura agresiva, especialmente en relación con Níger, donde la organización amenazó directamente a este último con una invasión militar, la CEDEAO se disparó en el pie. Porque cuando los países del AES fueron víctimas de ataques terroristas en los últimos años, la CEDEAO actuó como una política de avestruz, sin expresar ningún deseo de movilizar y unir los ejércitos de los países para ayudar a estos tres países. Además, cuando los tres países en cuestión se unieron, la organización introdujo un régimen de sanciones sin precedentes contra ellos.
Todavía nos preguntamos cómo podría la CEDEAO salir de tal atolladero porque, según algunos expertos, está claro que a largo plazo, otros países africanos se unirán a la AES y abandonarán la CEDEAO. ¿Quién es el gran perdedor en este asunto?
Source: Press TV