Los legisladores israelíes han reanudado el debate de un proyecto de ley que limitaría los poderes del Tribunal Supremo del régimen, como parte de un plan de “reforma judicial”, ampliamente criticado, del gabinete de coalición de extrema derecha del primer ministro Benyamin Netanyahu.
Los legisladores del parlamento israelí (Knesset) comenzaron a discutir la llamada reforma el domingo, tres meses después de que Netanyahu congelara el controvertido paquete legislativo debido a las protestas callejeras generalizadas contra el régimen.
Los cambios propuestos, que incluyen restricciones a la capacidad del Tribunal para fallar en contra del gabinete, provocaron protestas masivas antes de la suspensión de marzo cuando el primer ministro israelí sostuvo conversaciones de compromiso con los partidos de la oposición para resolver sus diferencias.
Netanyahu declaró la semana pasada que esas conversaciones fueron infructuosas y ordenó que se revivieran algunos aspectos de la legislación. Los legisladores de la coalición afirmaron que el nuevo proyecto de ley es una versión mucho más suave de las propuestas anteriores, que buscaban anular casi por completo el poder del Tribunal Supremo para fallar en contra del Ejecutivo.
La oposición, sin embargo, dijo que el nuevo proyecto de ley aún abriría la puerta a la corrupción y el despotismo, y enfatizó que Netanyahu estaba “reanudando un bombardeo legislativo destinado a destruir la independencia del sistema de justicia”.
El líder de la oposición, Yair Lapid, pidió a Netanyahu en Twitter que detenga la legislación y reanude las negociaciones hasta que se llegue a un acuerdo.
Netanyahu quiere también darle al gabinete extremista del régimen más influencia en el proceso de selección de los jueces del Tribunal Supremo, mientras busca empoderar a los políticos y al Knesset para anular las decisiones del tribunal.
La introducción del plan en enero desencadenó protestas anti-Netanyahu sin precedentes que continúan hasta el día de hoy, y los críticos describen el plan como una amenaza a la independencia de los tribunales por parte del primer ministro, que está siendo juzgado por cargos de corrupción.
La lucha por el plan ilustra la profunda división en la sociedad israelí entre los partidarios de la actual administración ultraderechista, que dicen que los cambios judiciales son necesarios, y el creciente número de personas que se oponen al plan de Netanyahu, argumentando que las medidas socavarán la independencia del poder judicial.
Source: Press TV