La visita del presidente de la República Islámica de Irán, Ebrahim Raisi, a Siria ha supuesto, en sus propias palabras, un punto de inflexión en la expansión de las relaciones entre los dos países. Una política persistente y exitosa de su administración ha sido la de fortalecer las relaciones económicas con los países vecinos y, en este contexto, el fortalecimiento de relaciones con el aliado sirio ocupa un puesto destacado en esta estrategia.
La visita de Raisi tiene lugar en un mes en el que Siria vive más victorias en el campo diplomático. Una de ellas es la normalización de relaciones con otros países árabes con los que no había mantenido relaciones desde el inicio del conflicto contra el terrorismo en Siria, iniciado en 2011, incluyendo Arabia Saudí, Egipto o Jordania. Según el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Abul Gueit, es “muy probable” que Siria recupere el escaño en la Liga Árabe en la cumbre de Riad de este mes, aunque puede haber intentos de sabotear este desarrollo, como la próxima visita del consejero de seguridad nacional de EEUU, Jake Sullivan, a Arabia Saudí.
En todo caso, los muros diplomáticos levantados en torno a Siria se están derrumbando y esto es una consecuencia principal de dos factores: la victoria militar de Siria y el gobierno del presidente Bashar al-Assad en la guerra terrorista patrocinada desde el extranjero, obtenida gracias a la resistencia del pueblo y el ejército de Siria y el apoyo de sus aliados, y la nueva dinámica creada por el desarrollo de un mundo multipolar, donde EEUU ya no tiene el peso de una superpotencia única frente al crecimiento de otras grandes potencias mundiales emergentes como China, que pronto se convertirá en la primera potencia económica mundial, India, Brasil y Rusia, entre otros.
Durante la visita de Raisi, los dos países firmaron 15 acuerdos, incluyendo uno de cooperación global estratégica a largo plazo. El principal objetivo es traducir al terreno económico la alianza política y de seguridad que ambos países han mantenido desde hace mucho tiempo. Estos acuerdos incluyen, entre otras cosas, la construcción de centrales eléctricas en Siria, la inversión en los sectores de los fosfatos, las industrias farmacéuticas y el transporte marítimo. Se espera que la cooperación en estos sectores específicos sea rápida y sus efectos positivos se manifiesten sucesivamente. Asimismo, se acordó ampliar la línea de crédito de Siria con Irán, para incluir el suministro de petróleo. También se llevaron a cabo negociaciones sobre el establecimiento de un banco conjunto entre los dos países y que el intercambio comercial entre ellos se realice en monedas nacionales, dejando de lado así los obstáculos derivados del uso del dólar estadounidense. Estos acuerdos darán un impulso a la economía de Siria y también incrementarán la actividad de las empresas iraníes en el país árabe beneficiando también a Irán.
En varias declaraciones durante su visita, Raisi manifestó que el liderazgo sirio ganó la guerra y que durante esta Irán estuvo a su lado. Y ahora durante el período actual, que es el de reconstrucción, el enfoque principal irá a los temas económicos. El presidente Assad, por su parte dijo que “cuando la guerra fue lanzada hace 12 años, Irán no dudó en permanecer al lado de Siria” y añadió que “los dos liderazgos apostaron por la victoria de la verdad y al final ganaron la apuesta”.
Por otro lado, la visita se produjo como una respuesta clara y directa al enemigo israelí, que durante años ha puesto la mira en el objetivo de expulsar a Irán de Siria, intentándolo de varias maneras directas e indirecta, incluyendo los intentos de crear “discordia” entre los líderes sirios e iraníes. Los teóricos de esa política en Tel Aviv apostaron a que los repetidos ataques israelíes contra objetivos dentro de Siria empujarían al presidente Assad a replantearse su relación con los iraníes y la presencia de sus asesores militares en suelo sirio. Sin embargo, esto no se materializó a pesar de la alta tasa de ataques israelíes contra Siria durante los últimos meses. De hecho, los acuerdos firmados durante la visita de Raisi crearán un marco exitoso de cooperación entre los dos países en diferentes campos, incluyendo el militar y de la seguridad. En este dominio, los acuerdos buscan llevar las relaciones de facto que ya existen entre el personal militar y de seguridad de ambos países a un marco institucional y a una relación entre los gobiernos.
El presidente Assad ha señalado que sus opciones y principios, en los que basó su lucha en la guerra contra el terrorismo, no cambiarán bajo presiones ni tentaciones y él reafirmó esto personalmente a Raisi y a sus aliados de la resistencia. Assad señaló que “las rápidas transformaciones en la esfera regional e internacional han probado la validez de estos principios para los dos países”.
Source: Sitio de Al Manar en Español