Lo que el secretario general de Hezbolá declaró al mundo en conmemoración de los líderes mártires del partido la semana pasada no fue una amenaza. Fue mucho más, sobre todo cuando abordamos sus antecedentes, trascendencia y repercusiones.
La declaración de Sayyed Nasralá el jueves pasado (16 de febrero) fue una nueva ecuación, añadida a la “guerra de ecuaciones” que ha estado en curso desde el surgimiento de la resistencia. Esta “guerra de ecuaciones” salió a la luz en 1996, momento en que se refrendó el llamado “Acuerdo de Abril” tras la agresión de 16 días conocida por el enemigo israelí como “Operación Uvas de la Ira”.
El entendimiento de 1996 permitió a la resistencia obtener su derecho a defender a sus ciudadanos y su tierra y así liberar Líbano en 2000 después de que el enemigo no lograra la victoria.
Aunque cada ecuación establecida por Hezbolá tenía sus circunstancias, todas trazaron la trayectoria de posibilidades, en términos de objetivos y desempeño de la resistencia en todos los niveles. Hoy, y después de un largo viaje de desarrollo de sus capacidades, Hezbolá logró en gran medida imponer sus líneas rojas al enemigo israelí, basándose en el principio de que “las acciones hablan más que las palabras”.
Ecuaciones de Hezbolá
Estas ecuaciones incluyen la “Ecuación de los Prisioneros” en 2004 y la “Ecuación de la Gran Disuasión”, que fue el resultado de la “Victoria Divina” después de la guerra de 33 días en Julio de 2006. Se puede agregar otra ecuación a la lista. En 2019, Hezbolá declaró que cualquier ataque a sus instalaciones o personas en el Líbano o Siria recibirá una respuesta similar. La “guerra de ecuaciones” no ha terminado aquí, ya que también incluye la “Ecuación de disuasión aérea”, que impidió que los drones israelíes penetraran en el espacio aéreo libanés (también en 2019). Por último, la “Ecuación de Karish”, que sirvió como piedra angular para el lanzamiento del acuerdo marítimo en octubre de 2022, ha salvaguardado el derecho del Líbano a sus recursos de petróleo y gas.
Las dos últimas ecuaciones no fueron impuestas como resultado directo de un enfrentamiento militar, como lo fueron otras. Más bien, impidieron una guerra potencial. Una de las razones detrás de la eficacia de la “Ecuación de Karish” fue el sutil momento escogido por Sayyed Nasralá. El secretario general de Hezbolá declaró esta ecuación en un momento de necesidad urgente de estabilidad en una región rica en recursos a la luz de las circunstancias internacionales actuales.
Además, todos se dan cuenta, el enemigo y el amigo, de que el partido de la resistencia libanesa posee una gran cantidad de comodines y sabe cómo jugarlos.
“La Ecuación de Karish”
Mientras tanto, la “Ecuación de Karish” desactivó las tensiones y logró un importante logro nacional, el acuerdo marítimo, al tiempo que le evitó al país una costosa confrontación militar. La ecuación antes mencionada representó un punto de inflexión crucial en la acumulación de poder contra todos los enemigos, no solo contra el enemigo israelí. En consecuencia, Hezbolá terminó en un estado que le permite frenar en gran medida a su enemigo e imponer sus condiciones con creces.
El 27 de octubre de 2022 se finalizó el acuerdo marítimo. La resistencia se mantuvo cautelosamente optimista, teniendo en cuenta la alta probabilidad de dilación en el proceso de extracción de petróleo y gas por varias circunstancias, principalmente la parálisis política en el Líbano.
Y eso es lo que realmente sucedió: el mandato del ex presidente Michel Aoun terminó a fines de octubre, y el gobierno del primer ministro Nayib Mikati ha estado en un estado interino. Luego, el vacío de poder fue seguido por una batalla judicial patrocinada por EEUU en enero entre el juez de instrucción de la explosión del puerto de Beirut en 2020, Tariq Bitar, y el fiscal público de casación, Ghassan Oweidat.
Las últimas tensiones aumentan la amenaza de un caos total, resultado normal de la presión económica, financiera y social sin precedentes desde 2019. Si bien las causas de la crisis económica en el país han estado relacionadas con circunstancias internas notorias, la causa clave ha sido el bloqueo de EEUU y la continua presión para impedir lo que aliviaría las tensiones.
¿Conflicto social?
Hezbolá es plenamente consciente de que el país está al borde de una “lucha civil”, cuyo objetivo es obligar al partido de la resistencia a aceptar ciertos compromisos con respecto a la identidad del presidente, la estructura del Estado y la formación del gobierno. Según un informe publicado por el periódico libanés Al-Akhbar, Hezbolá sabía que Washington había reclutado recientemente agentes para fabricar cócteles Molotov con el objetivo de atacar instituciones públicas. El informe de Al-Akhbar se cruza con otros publicados por los medios de comunicación de que EEUU tiene intenciones de desmantelar las instituciones estatales restantes como parte del mismo esquema de fomentar el caos. Aquí es necesario recordar una advertencia previa de la subsecretaria de Estado para Asuntos del Cercano Oriente de EEUU, Barbara Leaf, de que “Líbano está abierto a todos los escenarios, incluida la desintegración completa del Estado”.
La “Reunión quíntuple de París” demostró lo que ya estaba confirmado: EEUU acordó con los otros cuatro países (Arabia Saudí, Francia, Egipto y Qatar) la necesidad de ejercer más presión sobre las partes libanesas para elegir un nuevo presidente. Mientras tanto, Arabia Saudí y Qatar supuestamente exigieron que la declaración final contuviera una indicación clara de que la comunidad internacional impondría sanciones a cualquiera que impida la elección del próximo presidente. Según el informe, Francia rechazó la demanda de Arabia Saudí y Qatar, y EEUU permaneció en silencio hasta que la parte egipcia intervino para aliviar las tensiones durante la reunión, que luego se levantó sin emitir una declaración.
Frente a estos planes, el enfoque de Hezbolá se basa en neutralizar las presiones de EEUU en un intento por aliviar sus repercusiones en el Líbano al declarar la ecuación final: el caos en el Líbano significa caos en toda la región.
“Aquí era necesario introducir un nuevo factor en las reglas del juego, un paso que pueda proporcionar una salida política inicial a la crisis”, comentó el experto en estrategia Dr. Hossam Matar sobre la ecuación declarada por Sayyed Nasralá.
Así que es el momento sutil de nuevo. La región tiene una necesidad continua de estabilidad, particularmente en sus áreas ricas en fuentes, ya que el conflicto en Ucrania aún está en su apogeo. Aquí, la “Ecuación de Karish” emerge como una carta de as: la entidad sionista ha comenzado a extraer gas de la costa palestina, y cualquier ataque allí obstruiría tales acciones y significaría que las cosas vuelven al punto de partida.
Source: Al Manar