A cabo de dos años de agresión militar de envergadura y fracasada contra Yemen, Riad está ahora revisando sus planes.
Arabia Saudí quiere, beneficiándose del apoyo norteamericano, separar el Sur del Norte de Yemen, no sólo por el simple placer de desmembrar un país con un subsuelo rico y saquear sus riquezas, sino sobre todo para aislar a las regiones del Norte. La sangrienta y fracasada aventura saudí en Yemen tenía en 2015 un sólo y único objetivo: apoderarse de la capital, Sanaa. Ningún plan alternativo había sido preparado. Los fracasos militares sucesivos, acaban de provocar la puesta en práctica de otro plan: el de dividir el país en dos: el Norte y el Sur.
Sin embargo, la resistencia de las fuerzas del Ejército yemení y de los huthis ha dado sus frutos y ha hecho fracasar este escenario. ¿Qué hacer ahora? Lo que Riad busca poner en práctica es un plan para “quemar el Sur” de tal forma que “las llamas consuman en Norte”. Arabia Saudí alienta ahora los combates en una zona que va desde Adén hasta Bab el Mandeb, combates en los que los comandantes y los soldados son todos del Sur. El objetivo es ahora no sólo cortar al país en dos, sino oponer al Norte y al Sur.
Es en este contexto que Arabia Saudí ha creado un banco central y un Parlamento en Adén para intentar despojar al Norte de toda legitimidad internacional. Pero ¿es viable este plan? Las regiones meridionales de Yemen se encuentran bajo la dominación de mercenarios pro-saudíes y pro-emiratíes, los dos componentes de la coalición que no se entienden sobre el terreno y Al Qaida gana terreno también en esta zona. Esto quiere decir que Adén nunca podrá transformarse en una nueva Sanaa y el sueño de tener un estado en el Sur es irrealizable.
Esto no es todo. El puerto meridional de Muja está bajo el control de las fuerzas yemeníes del Ejército y Ansarulá. En Bab el Mandeb, el Ejército yemení y las fuerzas de Ansarulá están bien implantadas y determinadas a abortar el Plan B saudí y esto está lejos de ser una amenaza hueca.
El ataque con misiles contra una fragata saudí ha revelado la existencia “una poderoso arma en las manos de Ansarulá y sus aliados”, que ha sorprendido a los saudíes y ha llevado a EEUU a enviar un destructor a las aguas de Yemen implicándose por primera vez de forma directa.
Según uno de los altos comandantes del Ejército yemení, el servicio de inteligencia yemení, en total coordinación con las unidades balísticas, está dispuesto a confrontar los planes saudíes. “No son sólo las fragatas y destructores enemigos los que se encuentran en la línea de tiro, sino también los cazas de la coalición internacional”, señaló.
Esta fuente militar destacó “el pánico suscitado en el seno del Estado Mayor del Ejército saudí” y se felicitó de ver al agresor de nuevo “totalmente desamparado”.
“Nuestros misiles no se contentarán con atacar los sitios petrolíferos saudíes, sus aeropuertos o las bases militares donde están situados oficiales norteamericanos e israelíes a lado de sus colegas saudíes y emiratíes. Las unidades balísticas yemeníes también tienen el punto de mira puesto en las islas ocupadas de Sud, Zuqar y otras, en la costa del Mar Rojo. Un tal ataque ha sido llevado a cabo ya contra una base en la isla de Zuqar y ha causado duras pérdidas en las filas saudíes y emiratíes”.
El comandante también evocó el ataque contra el destructor diciendo: “El destructor fue alcanzado por un misil C-80 antibuque, con gran sorpresa de los saudíes que no creían que nuestras fuerzas estuvieran equipadas con tales armas. Los ataques contra la base saudí de Zuqar y contra el destructor se realizaron con pocos días de intervalo. Esto requirió un trabajo largo y riguroso del servicio de inteligencia”.
Riad tendrá que hacer pronto frente a otras sorpresas, ya que el destructor atacado estaba dotado de radares ultrasofisticados que se mostraron incapaces de detectar el misil disparado por las fuerzas yemeníes. El golpe ha sido aún más duro si tenemos en cuenta que el navío es uno de los cuatro de la Marina saudí del cual Riad estaba particularmente orgulloso. Al menos 176 tripulantes se hallaban a bordo del barco, que también funcionaba como portahelicópteros. Este buque formaba parte del plan por el cual Arabia Saudí y sus aliados quieren apoderarse de los puertos de Muja y Hudaidah para poner en marcha su plan para el desmembramiento de Yemen y el “aislamiento del Norte”. El misil de Ansarulá ha dado la vuelta a la situación.
Si las cosas continúan así serán pronto los F-16 y los F-22 saudíes y de sus cómplices los que estarán bajo el punto de mira de los misiles yemeníes y esto será el principio del fin de una agresión que ha sido una de las más bárbaras del s. XXI.
Source: Agencias