El pasado año 2016, China siguió experimentando un progreso constante en el desarrollo de su industria de defensa.
El gigante asiático elaboró y construyó una serie de sistemas de armas estratégicas importantes, potencialmente capaces de cambiar el equilibrio de fuerzas en el mundo, comentó a Sputnik el experto militar ruso Vasili Kashin.
Según el analista, actualmente, el proyecto técnicamente más complejo y arriesgado de la industria china es el J-20, el primer avión de combate de quinta generación que fue trasladado al centro de pruebas de la Fuerza Aérea china en 2016.
“Todavía no sabemos cuándo estará lista para el combate la primera partida de estos aviones, pero es evidente que el programa está avanzando de acuerdo a lo planeado”.
El experto señaló que es probable que el J-20 se incorpore a las unidades de la Fuerza Aérea de China antes de que el caza de quinta generación ruso T-50 entre en servicio de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia. Al mismo tiempo, durante muchos años, la base de la fuerza de choque de la aviación de los dos países la constituirán los cazas de 4 ++ generación, creados principalmente sobre la plataforma del T-10 (Su-27).
Kashin señaló también que el proyecto del caza J-31, inicialmente considerado como menos arriesgado, avanza más despacio de lo que lo hace el del J-20.
Es posible que las pruebas del primer prototipo hayan detectado algunos defectos graves. Por lo tanto, en 2016, tras algunas modificaciones sustanciales, la segunda versión del modelo se sometió a nuevas pruebas.
El experto está seguro de que la aparición de un avión militar y de transporte propio, el Y-20, es un avance importantísimo para el Ejército del país asiático.
Además, una serie de importantes programas, considerados técnicamente arriesgados, han podido avanzar notablemente. Ahora China es uno de los tres países del mundo -junto con EEUU y Rusia-, capaces de producir aviones de esta clase.
Source: Agencias