El sitio ruso Sputnik afirmó en su edición del 6 de enero que la visita en Rusia en 2015 del comandante en jefe del eje de la Resistencia, general Qassem Soleimani, había dado pie a la decisión rusa de apoyar militarmente al Ejército sirio. Dada la consternación expresada por el ministro de Defensa ruso, general Serguei Shoigu, después del crimen cometido el 3 de enero en Bagdad, esta versión de los hechos es perfectamente plausible. El ministro de Defensa ruso expresó sus condolencias el lunes 6 de enero a la nación, el gobierno y las fuerzas armadas iraníes durante su entrevista telefónica con el jefe de Estado Mayor del Ejército iraní, el mayor general Mohamad Baqeri. Él calificó también al general iraní fallecido de “héroe nacional”, lo cual quedó claramente demostrado en su “histórico funeral”.
Mostrando su consternación, el general Shoigu dijo que esta fue la primera vez que una “alta autoridad es asesinada”, “sin ninguna razón” por “otro país” en “el territorio de un tercero”. Una fuerte observación, por cierto, que los principales diplomáticos rusos no han dejado en estos últimos días de resaltar, al tiempo que aumentan las advertencias en dirección a EEUU. Shoigu rindió homenaje a su socio “iraní” y dijo que “el general Soleimani fue un héroe nacional y desempeñó un papel destacado en la lucha contra el terrorismo en Siria e Iraq”.
Shoigu fue aún más lejos al enfatizar que EEUU había cometido un acto terrorista: “el asesinato del general Soleimani es un acto terrorista, muy peligroso, que ha provocado una ola de protestas en todo el mundo. La verdad es que EEUU se permite sin ninguna razón interferirse en los asuntos de otros países”, dijo.
Para muchos analistas, esta manifestación de simpatía e ira rusas después del asesinato del comandante en jefe del eje de la Resistencia está lejos de ser trivial. El crimen fundamentalmente anti-iraní se cometió apenas una semana después de las maniobras militares navales ruso-sino-iraníes, las primeras en la historia, que se extendieron en un área enorme de unos 17.000 kilómetros cuadrados, entre el Golfo Pérsico y el Océano Índico, e involucraron tres estrechos estratégicos, a saber, Ormuz, Bab el Mandeb y Malacca.
Estos ejercicios marcaron la emergencia en Asia Occidental de dos grandes potencias internacionales, Rusia y China, junto con una tercera regional. Irán. Tanto los rusos como los chinos no pueden evitar establecer un vínculo entre el ataque contra Soleimani y los cuatro días de maniobras navales tripartitas, lo que indica que el mensaje de estas últimas llegó a EEUU.
Por su parte, el jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas iraníes afirmó que el acto criminal de los EEUU “marca el comienzo de importantes acontecimientos en la región de Asia occidental” y agregó que “depende de Irán”, pero también “de Rusia y de todos los países soberanos del mundo” “contrarrestar a EEUU” y “no permitir que esas acciones vuelvan a ocurrir”.
Source: Press TV