El primer ministro de Iraq, Adel Abdul Mahdi, presentará la próxima semana un nuevo gabinete como parte de medidas para calmar protestas masivas que causaron un centenar muertos y miles de heridos.
Con anterioridad, el presidente Barham Salih anunció investigaciones sobre las causas del uso de fuerza excesiva por el Ejército y la Policía y proteger el derecho de los ciudadanos a manifestarse pacíficamente.
A partir de hoy, se observarán tres días de duelo por las víctimas de las manifestaciones que comenzaron el 1 de octubre en esta capital y se extendieron a varias provincias sureñas.
Las fuerzas de seguridad dispararon con munición real y bombas de gas lacrimógeno contra la multitud que tomó las calles y en especial amenazó con invadir la Zona Verde, donde se concentran las oficinas del Gobierno y las embajadas.
Ningún movimiento o partido político organizó las protestas contra el deterioro de los servicios básicos, la corrupción y el desempleo.
Con esas consignas iniciaron sus marchas, pero luego pasaron a demandas políticas, entre ellas la renuncia del Gobierno.
Ante ese panorama, siete titulares de cartera presentaron dimisiones, en todos los casos rechazadas por el jefe del Ejecutivo, aunque ahora adelantó que habrá cambios.
Según rumores, Abdul-Mahdi cedió a presiones de personalidades que demandaban una reorganización del Gobierno o de lo contrario que renunciara.
La medida de reajuste gubernamental de alguna manera responde a pronunciamientos del jefe del movimiento Sairun, el de mayor representación parlamentaria, el clérigo shií Moqtada al Sadr, quien recabó la celebración de elecciones.
‘Respete la sangre de los iraquíes, renuncie al Gobierno y convoque a elecciones anticipadas supervisadas por organizaciones internacionales, precisó una declaración de la oficina de Al Sadr.
Source: PL