El nuevo ministro de Relaciones Exteriores británico del gobierno de Boris Johnson se ha comprometido a “construir una alianza más fuerte (¿con EEUU?) con sede en Londres” para “contrarrestar a Rusia e Irán” después de la salida de su país de la Unión Europea (Brexit). En línea con su creciente alineamiento con la política extremista de Donald Trump, el gobierno de Boris Johnson se está moviendo al siguiente nivel. Pero, ¿por qué ha puesto a Irán y Rusia en la misma diana?
En una conferencia de prensa en Londres el lunes, Dominic Raab, el nuevo ministro de Exteriores británico, anunció que Londres planeaba construir relaciones económicas con socios no europeos y crear una nueva alianza para enfrentar a Irán y Rusia después de la retirada del Reino Unido de la UE.
Según Raab, la nueva alianza atacará específicamente lo que describió como “comportamiento amenazante de Irán o las acciones desestabilizadoras de Rusia en Europa”. Estas palabras formuladas de inmediato han planteado muchas preguntas de aquellos analistas que cuestionaron el motivo que empujó al gobierno de Boris Johnson a ver en Irán y Rusia una “amenaza única e igual” a la que es necesario contrarrestar en el marco de una coalición dirigida por EEUU. Después de todo, las tensiones con Irán no habrían existido si Londres no hubiera llevado a cabo acciones de piratería al interceptar el petrolero Grace 1 en Gibraltar. En cuanto a Rusia, este país ha rechazado repetidamente tener intenciones bélicas. Una mirada más cercana muestra lo contrario: el hecho de que la OTAN alimente los temores a la llamada “amenaza rusa” tiene como objetivo justificar su expansión hacia el este y fortalecer su presencia militar amenazadora a lo largo de las fronteras de Rusia.
Según los observadores, la declaración del nuevo ministro británico de Asuntos Exteriores contra Rusia e Irán muestra los temores en Washington y Londres a que surja una alianza militar y energética entre Rusia e Irán en el Golfo Pérsico y a nivel general. De hecho, las señales de la aparición de tal alianza se están multiplicando.
Moscú ofrece una visión diametralmente opuesta a la de EEUU y critica las sanciones, las amenazas y la guerra económica contra otros países. Esta visión lo acerca a Teherán, según el sitio de análisis Asia Times.
Asia Times ha publicado un artículo del periodista independiente brasileño Pepe Escobar, quien cree que de ahora en adelante “un ataque contra Irán sería un ataque contra Rusia”.
Un concepto viable de seguridad en el Golfo Pérsico
Hace diez días, a través de un documento aprobado oficialmente por las Naciones Unidas, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia presentó un nuevo concepto de seguridad colectiva para el Golfo Pérsico, que contrasta con los intentos desestabilizadores de EEUU y el Reino Unido en la región.
Moscú subraya la necesidad de crear un sistema de seguridad en el Golfo Pérsico que debería comenzar con “consultas bilaterales y multilaterales entre las partes interesadas, incluidos los países de la región y de fuera de ella”, así como del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
La iniciativa rusa debe interpretarse como una especie de complemento de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), que finalmente está floreciendo como una organización de seguridad, económica y política de primer orden. La conclusión inevitable es que las principales partes interesadas de la OCS, Rusia, China, India, Pakistán y, en un futuro próximo, Irán y Turquía, tendrán una influencia decisiva en la estabilidad regional.
Las palabras del secretario ruso del Consejo de Seguridad Nacional, Nikolai Patrushev, son inequívocas: “Irán siempre ha sido y sigue siendo nuestro aliado y socio, con el que constantemente estamos desarrollando relaciones bilaterales y multilaterales.”
Maniobras militares ruso-iraníes
En el plano militar, durante la visita del Comandante en Jefe de la Armada iraní, Hossein Janzadi, a San Petersburgo, se firmó un pacto entre los ejércitos iraní y ruso, que incluye posibles ejercicios navales conjuntos en el Golfo Pérsico y el Estrecho de Ormuz. El alcance de este acuerdo no ha escapado a nadie y especialmente a los estrategas estadounidenses y británicos.
Algunos observadores resaltan el alcance político de este acuerdo, que marca un fortalecimiento de la cooperación de ambas partes con los organismos internacionales. Otros destacan su dimensión militar altamente sensible en el contexto cada vez más delicado de Oriente Medio. Esto podría resultar en una alianza bilateral contra cualquier acción militar anglosajona. Algunos incluso ven en el pacto una versión irano-rusa de la estrategia de “zona de acceso y rechazo (A2 / AD)” utilizada por China para tratar de mantener a EEUU fuera del Pacífico Occidental. No es extraño entonces ver al ministro de Exteriores de Su Majestad lanzando bravatas contra Irán y Rusia.
Source: Sitio de Al Manar en Español