Los recientes desórdenes en Georgia son resultado de la ingeniería geopolítica de Occidente, afirmó el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
Al reunirse este 24 de junio con los directores de varias ONG regionales, el canciller ruso recordó que un seguimiento ciego de los consejos foráneos privó a la vecina Ucrania de su base industrial, relegándola al rango de solicitante de ayuda internacional y provocando una emigración colosal de la mano de obra.
“Otro exponente de las consecuencias de la ingeniería geopolítica a que se dedican nuestros colegas de Occidente es Georgia, donde los tutores occidentales están dispuestos a hacer la vista gorda ante los desórdenes y la rusofobia de los nacionalistas con tal de romper los vínculos del pueblo georgiano con nuestro país y reescribir nuestra historia común”, declaró Lavrov.
El 20 de junio, durante la apertura de la 26 sesión de la Asamblea Interparlamentaria de la Ortodoxia (AIO) que aglutina a las delegaciones de 25 países, un grupo de radicales irrumpió en el Parlamento georgiano y atacó al presidente del organismo internacional, el legislador ruso Serguéi Gavrílov.
Frente a la sede legislativa se produjeron choques violentos entre elementos radicales y la policía, que utilizó balas de goma y gases lacrimógenos para dispersar a la multitud.
La presidenta georgiana, Salomé Zurabishvili, declaró a Rusia “enemigo e invasor” del país y le acusó de aprovecharse de las protestas, que se saldaron con unos 240 heridos y más de 300 detenidos.
Moscú rechazó categóricamente estas declaraciones y condenó la agresión contra la delegación rusa, que catalogó de “provocación rusófoba”.
Ante el aumento de la tensión el Gobierno ruso suspendió los vuelos de las compañías aéreas rusas a Georgia y los de las aerolíneas georgianas a Rusia a partir del próximo 8 de julio.
Source: Sputnik