El embajador ruso en el Líbano, Alexander Zaspakin, dijo el pasado 28 de enero al canal de televisión Al Manar que las relaciones entre Moscú y Teherán y su alianza antiterrorista son fuertes, y agregó que el desacuerdo o la disputa entre ambas partes es un mero sueño.
En una entrevista, Zaspakin citó las negociaciones en curso entre el Líbano y Rusia para concluir acuerdos de compra de armas, y señaló que la parte libanesa está interesada en mantener una cooperación militar con Rusia.
En realidad, Rusia está mostrando un creciente interés en el Líbano. Recientemente, el canciller interino del Líbano, Gebran Bassil, trató con el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, el tema de la creación del próximo gobierno libanés. Significativamente, esta conversación tuvo lugar después de que David Hale, un enviado estadounidense visitara el Líbano y mantuviera entrevistas con Bassil, el presidente Michel Aoun y el presidente del Parlamente, Nabih Berri.
Las entrevistas de Hale trataron sobre temas libaneses y también sobre las relaciones del Líbano con Siria. En este sentido, EEUU quiere impedir una reanudación de las relaciones entre los dos países y que el Líbano no participe en la reconstrucción de Siria, algo que Bassil rechazó señalando que las empresas libanesas se habían visto perjudicadas y estranguladas por la guerra de Siria y ahora que se abre un período de paz y reconstrucción en ese país, desean tomar parte en esa etapa. Rusia apoya ese deseo libanés y busca el objetivo opuesto al de EEUU, es decir, el acercamiento entre el Líbano y Siria y el estrechamiento de sus relaciones.
De hecho, Lavrov prometió cooperar con el Líbano en lo que se refiere a los esfuerzos de reconstrucción de Siria. Rusia también respalda los esfuerzos del Líbano para promover el retorno de los refugiados sirios, algo que EEUU no apoya porque busca mantener la crisis de los refugiados como una palanca más de presión en lo referente a su política siria.
Rusia ha manifestado también su apoyo a Hezbolá en varias ocasiones a través del embajador Zasypkin, que ha declarado recientemente que los intentos de culpar al partido libanés de la falta de avances en la formación de gobierno no tenían ningún fundamento y eran pura propaganda. Zasypkin ha formulado a menudo posiciones de apoyo a Hezbolá, que han sido valoradas muy positivamente por este partido.
Por otro lado, el Líbano ha acabado por aceptar una ayuda militar rusa de 5 millones de dólares después de haberla rehusado durante 10 años. Informes de marzo de 2018 dieron cuenta que Beirut comenzó a preparar un convenio con Moscú que inició su andadura durante una visita a Rusia, en septiembre de 2017, del primer ministro Saad Hariri. El periódico The Daily Star reprodujo expresiones de diplomáticos occidentales que manifestaron sorpresa e inquietud sobre un potencial tratado entre el Líbano y Rusia.
En febrero de 2018, se supo que el gobierno ruso había encargado al Ministerio de Defensa del país realizar negociaciones con Líbano y firmar un acuerdo sobre la cooperación militar. El texto del decreto del Gabinete de Ministros fue publicado el 6 de febrero en el portal oficial de información jurídica. Según el proyecto del acuerdo, entre los principales ámbitos de cooperación se encuentra el intercambio de información sobre cuestiones de defensa, la colaboración en la lucha contra el terrorismo y la piratería, además de la preparación conjunta de tropas. Asimismo, la cooperación abarcaría la formación militar y el sector médico militar.
Rusia está también en plena discusión con las autoridades libanesas para reforzar su presencia en el sector energético libanés y compañías rusas podrían encargarse de explotar las reservas de gas libanesas en el Mediterráneo. El Líbano considera que la presencia de estas compañías disuadiría a Israel de llevar a cabo cualesquiera acciones de sabotaje con respecto a la producción de gas libanesa.
Todas estas son causas que inquietan a EEUU en lo referente a la creciente presencia rusa. También le preocupa una vinculación rusa a los partidos shiíes. Cabe recordar aquí un recientemente llamamiento del Movimiento Amal para que Rusia proteja el cielo libanés frente a las violaciones de aviones israelíes con sus misiles S-300 y S-400 desplegados en sus bases en Siria.
Rusia y el Líbano también buscan el establecimiento de relaciones y vínculos entre la Iglesia Ortodoxa tusa y los cristianos ortodoxos libaneses.
EEUU teme que un gobierno donde Hezbolá y Amal estén presentes y tengan una mayor influencia, fruto de su éxito electoral en las elecciones legislativas de 2008, se incline más hacia Rusia. Los rusos ya poseen, de hecho, una relación con Hezbolá y el eje de la resistencia, fruto de la guerra de Siria y los estadounidenses temen que esta relación sirva para lograr un estrechamiento de relaciones entre el Líbano y Rusia.