Las fuerzas rebeldes han sufrido su peor derrota de la guerra de siete años en Siria después de perder todo el territorio que ocupaban en las provincias de Daraa y Al Quneitra a manos del Ejército sirio.
El Ejército sirio pudo capturar la mayor parte de la provincia de Daraa en tres semanas, obligando a los rebeldes restantes a aceptar acuerdos de reconciliación, incluyendo en la capital provincial.
La batalla por Daraa terminó una vez que el Ejército sirio capturó sin mayores problemas la cima estratégica de Tal Al Harrah, pese a que algunos terroristas del Frente al Nusra se negaron a aceptar un acuerdo entre el gobierno sirio y varios grupos militantes y tuvieron que ser derrotados en una rápida operación militar.
La pérdida de Tal Al Harrah supuso una derrota crucial no sólo para los terroristas de la provincia de Daraa, sino también para los de Al Quneitra, ya quedaron a merced del fuego de las tropas del Ejército sirio situadas en lo alto de la cima de la gran colina, que domina toda la región.
En el fondo de estas consecutivas derrotas subyace la desgana de los militantes del Ejército Sirio Libre (ESL), que fuera en una ocasión el brazo armado de la oposición siria, a combatir. En ningún momento de las campañas de Daraa y Al Quneitra ellos han estado dispuestos a oponer una resistencia decidida y firme al avance de los militares sirios. Esto es fruto del pesimismo y la desmoralización que sufren los militantes, que saben ya perfectamente que la guerra está perdida para ellos y no tiene sentido entregar su vida por una causa irremisiblemente perdida.
El Sur de Siria era el único lugar del país donde el ESL tenía una presencia relevante. Hay también militantes del grupo en el norte de Alepo y la provincia de Idleb, pero ellos son allí satélites de otros grupos, en especial del Frente al Nusra, y, sobre todo, de Turquía, a cuyo Ejército apoyan en su lucha contra las organizaciones kurdas.
De este modo, con la derrota en el Sur de Siria, el ESL ha dejado de ser un factor de importancia dentro del panorama del terrorismo sirio, al igual que ha ocurrido con el Yaish al Islam tras conquista de la Guta Oriental por el Ejército.
Con la eliminación de los grupos armados en el Suroeste de Siria, el Ejército sirio ahora puede cambiar su atención a la bolsa del Daesh en la región de la cuenca de Yarmuk. Una vez que el Daesh sea eliminado allí quedarán solo algunos restos en el Este de Siria, cerca de la frontera de Iraq, donde los ejércitos sirio e iraquí y las milicias aliadas de los mismos luchan para su total erradicación.
El combate final será, pues, entre el Ejército sirio y la rama siria de Al Qaida, el Frente al Nusra, y otros grupos terroristas menores en la provincia de Idleb y algunas zonas de Alepo. La campaña de Idleb vendrá detrás de la del Sur y significará no sólo el fin de los grupos terroristas como organizaciones significativas que controlan terrenos en Siria, sino también la muerte de las ambiciones de la Turquía de Erdogan y otros patrocinadores del terrorismo en dicho país.