Durante la última cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai y al margen de la misma, varios memorandos sino-iraníes fueron firmados en presencia de los presidentes de China e Irán.
Un memorando fue suscrito por los viceministros iraní y chino encargados de Ciencia y Tecnología y se refiere a la cooperación en la investigación científica y tecnológica. Otro trata sobre la prevención de la producción ilícita y el tráfico de estupefacientes.
Otros memorandos sobre la cooperación entre las Bolsas de los dos países y otro más sobre cooperación en el terreno económico figuran también entre los documentos firmados.
El presidente Hassan Rohani visitó China al frente de una delegación política y económica, compuesta de los ministros de Asuntos Exteriores, Petróleo y Economía así como del presidente del Banco Central.
China es el mayor socio comercial de Irán, el mayor importador de petróleo iraní y el segundo mayor importador de productos iraníes en general, detrás de los Emiratos Árabes Unidos. El comercio bilateral alcanzó los 37.300 millones de dólares en 2017, un 19.3% más que en 2016.
Para China, el uso de la moneda de un tercero para pagar sus compras, en otras palabras, la posición privilegiada del dólar estadounidense en el pago del petróleo, es una aberración. Por lo tanto, ha desarrollado canales comerciales que son impermeables a las leyes extraterritoriales de EEUU y sus empresas se hallan protegidas. También está promocionando el petroyuan a través de la Bolsa Energética de Shanghai.
Las relaciones comerciales con Irán se han intensificado desde el acuerdo nuclear de 2015. Después de la retirada de los EEUU del acuerdo y el restablecimiento de las sanciones contra Irán, China está en la primera posición en el comercio con Irán. Por otro lado, dado que algunas empresas europeas se están retirando de Irán debido a que poseen vínculos económicos con EEUU, las compañías chinas están a la espera para sustituirlas.
El gigante francés Total anunció recientemente que abandonaba su proyecto de gas en Irán. El año pasado, había firmado un contrato de 4.800 millones para el desarrollo de la fase 11 del gigantesco campo de gas de Pars del Sur..
El gigante energético chino CNPC también participa junto a Total en este contrato. El ministro iraní del Petróleo, Bijan Namdar Zanganeh, advirtió de inmediato que si Total se retira, sus acciones (50.1% del proyecto) serán adquiridas por CNPC.
Según el Washington Times, Donald Trump no tiene la intención de atacar directamente a las compañías chinas que hagan negocios con Irán por temor a sufrir las represalias chinas contra las empresas estadounidenses.
El artículo recuerda que, dada su posición avanzada en los mercados internacionales, China no dejará que EEUU dicte o influya en sus relaciones con Irán.
Source: Press TV