El primero en aparecer en la ciudad de Albu Kamal, el principal punto de cruce entre Siria e Iraq, una vez que ha quedado completamente liberada, fue el líder del cuerpo de élite de la Fuerza al Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán, general Qassem Soleimani, que dirigió personalmente la batalla.
El general iraní había estado en esta ciudad desde el comienzo de la batalla de su liberación. Él estuvo presente en las líneas del frente, donde fue visto al lado de combatientes iraquíes durante la encarnizada lucha.
La captura de Albu Kamal adquiere gran importancia, no solo porque fue el último bastión de Daesh en Siria. También fue la primera ciudad siria en caer en manos del grupo en 2014, para luego convertirse en la puerta de entrada de todas las milicias takfiris que viajaban desde Iraq a Siria y viceversa.
Pero dado que la ciudad también fue codiciada por la coalición liderada por EEUU en Siria, esto empujó a sus aliados kurdos de las Fuerzas Democráticas Sirias a tomarla.
Antes del lanzamiento de la batalla por a liberación de Albu Kamal por parte del Ejército sirio y sus aliados, el 9 de noviembre, el líder de las FDS, Saleh Muslim, anunció que su milicia se movería hacia la ciudad, con el apoyo de EEUU, para tomarla.
El principal objetivo de EEUU era evitar la unión entre el Ejército sirio y su homólogo iraquí a lo largo de la frontera entre los dos países. La disponibilidad de continuidad territorial entre Irán, Iraq, Siria y Líbano es su principal aprehensión.
El 10 de noviembre, unas horas después del inicio de la batalla, el Ejército sirio, a través de la voz de su portavoz, anunció la caída de la ciudad.
Ahora que la batalla ha terminado, sabemos que ese día el Ejército sirio y sus aliados aún no habían entrado en Albu Kamal. Sus fuerzas estaban a 30 km al oeste. El anuncio prematuro no fue un error debido a una falta de correspondencia entre los avances del terreno militar y su cobertura mediática.
El anuncio formó parte de una táctica mediática bien planeada: su destinatario no era el Daesh, sino las FDS y sus aliados estadounidenses, que quedaron desconcertados ante el “fulgurante avance” del Ejército sirio y sus aliados. Ella sirvió para afirmar que Albu Kamal era una línea roja y que el avance de las FDS resultaba inútil, ya que la ciudad ya había sido tomada.
“Cuando anunciamos el lanzamiento de Albu Kamal, todavía estábamos en la Estación de Bombeo-2. Solo la fuerza compuesta por los milicianos iraquíes estaba en los límites de la ciudad. Tuvimos que impedir que las FDS llevaran a cabo un avance”, dijo un oficial del Ejército.
Él cuenta la historia de la segunda fase de la batalla que tuvo lugar la semana pasada: “Llegamos a las afueras de Albu Kamal, por tres lados. Nuestros dispositivos de comunicación estuvieron sometidos a una gran cantidad de interferencias, para evitar que nos comunicáramos entre nosotros. El mando norteamericano intentó impedir que los aviones sobrevolaran el área para atacar al Daesh, pero nosotros estábamos ya asediando la ciudad por tres lados. Parece que querían empantanarnos en esta ella, pero estábamos decididos a liberarla”.
Esta fue también la razón por la cual los bombarderos rusos Tu-22 procedentes de bases en Rusia intervinieron varias veces en esta batalla. Los aviones rusos estacionados en Siria se vieron obstaculizados en sus misiones de bombardeo (por las interferencias estadounidenses). Hay que tener en cuenta que el bombardero ruso TU-22 es un avión sofisticado de largo alcance y puede disparar sus misiles de crucero a cientos de kilómetros de distancia.
De esta hazaña se hablará durante mucho tiempo. El perdedor más pequeño es probablemente la milicia terrorista wahabí Daesh, que ahora ha quedado casi completamente barrida de Siria. Pero los grandes perdedores en esta batalla, sobre todos los demás, no son otros que los estadounidenses y sus aliados.
Source: Al Manar