Los norteamericanos han intentado hacer la vida difícil a los iraníes desde la Revolución Islámica de 1979. Sin embargo, todos sus planes han resultado un fracaso hasta el momento actual.
¿Por qué EEUU continúa con su política que le lleva de derrota en derrota frente Irán y que acaba incluso beneficiando a los iraníes? Después de 36 años de esfuerzos, Donald Trump pronunció recientemente un discurso anti-iraní en el que lanzó varias iniciativas no sólo contra Irán sino contra sus aliados en la región. Sin embargo, nada indica que tales planes vayan a tener éxito esta vez. La publicación Sputnik señala a este respecto que “el servicio de Inteligencia de Irán y su aparato de seguridad tienen una visión muy clara y profunda de los acontecimientos que ocurren en Oriente Medio y planifican a largo plazo”.
Por su parte, EEUU no se interesa más que de forma superficial por la región y ha buscado perjudicar a los pueblos de la misma empujándolos a numerosos conflictos de tipo étnico y religioso como medio para expandir su influencia o la de Israel.
EEUU ha fracasado en Iraq, de donde tuvo que retirarse en 2011, pese a la presencia actual de algunos cientos de militares que actuaron como consejeros contra el terrorismo, tras un fallido intento de establecer un estado títere después de la invasión de 2003. Lo mismo sucede en Afganistán, donde las tropas estadounidenses libran la guerra más larga de la historia de EEUU sin ninguna perspectiva de victoria.
El artículo de Sputnik señala: “No es culpa de Irán si Arabia Saudí, EAU, Bahrein y Egipto boicotean, con la bendición de Washington, a Qatar y éste último se ha visto obligado a pedir la ayuda de los iraníes. Es muy normal que estos últimos aprovechen la ocasión de la mejor forma. Y el caso de Qatar no es el único.
No hay que olvidar lo que ha ocurrido en el Kurdistán iraquí, cuya independencia era sostenida, de forma más o menos encubierta, por los israelíes, los saudíes y los norteamericanos. Un referéndum que buscaba abrir un nuevo frente en Oriente Medio amenazaba con dividir a Iraq, un país amigo y aliado de Irán. La respuesta de Irán fue la de instalar un bloqueo, junto con Turquía y el propio Iraq, contra la región kurda dirigida por Massud Barzani. Una ofensiva llevada a cabo por el Ejército iraquí y el Hashid al Shaabi tomó toda la provincia de Kirkuk, incluyendo los pozos de petróleo que sirvieron en su día para abastecer a Israel. Barzani se vio obligado a dimitir, siendo el último de los numerosos líderes aliados de EEUU que sufren esta suerte en la región. El bloqueo de Irán y su apoyo a Bagdad fueron determinantes para la destrucción de esta nueva conspiración en Oriente Medio.
En Iraq, la campaña de EEUU contra el Hashid al Shaabi se ha saldado con un fracaso debido al apoyo del gobierno iraquí a la milicia, que cuenta con cientos de miles de combatientes. Las acusaciones norteamericanas de “terrorismo” a algunos líderes de la misma así como su calificación de “milicia iraní” por el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, han generado un amplio rechazo social en Iraq.
Lo mismo hay que decir en el Líbano, donde los ataques norteamericanos contra Hezbolá han soliviantado no sólo a la comunidad shií, que suma un tercio de la población, sino también a todos los libaneses que apoyan a la Resistencia. Esto ha obligado también al ministro de Exteriores libanés, Gebran Bassil, y al propio presidente de la República, Michel Aoun, a salir en defensa del movimiento libanés de resistencia.
No hay que olvidar tampoco a Yemen, donde la población condena la política estadounidense de apoyo a la agresión del régimen saudí, ni a Bahrein, donde la mayoría de la población sigue sus protestas contra el régimen tiránico apoyado por EEUU y sus aliados saudíes.
De este modo, cabe señalar que las erróneas políticas de EEUU y sus aliados han terminado en fracaso y han llevado en último extremo a que Irán incremente su influencia en la región. Mientras EEUU se niegue a ver la versión de la otra parte y continúe su política desestabilizadora y su apoyo a las agresiones de sus aliados contra los pueblos de la región, Washington sólo conseguirá granjearse más rechazo entre la población de Oriente Medio y nuevos y más sonoros fracasos.