China ha presentado una propuesta de cinco puntos para abordar las disputas impulsadas por Occidente sobre el programa de energía nuclear de Irán, rechazando el uso de la fuerza y las sanciones ilegales contra la República Islámica e instando a EEUU a adoptar una actitud política sincera al respecto.
La iniciativa fue anunciada por el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, durante una reunión de alto nivel celebrada el viernes en Pekín, donde se reunió con el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Riabkov, y con el viceministro iraní de Asuntos Exteriores, Kazem Gharibabadi.
La propuesta hace hincapié en la resolución de las disputas por medios pacíficos, políticos y diplomáticos, rechazando explícitamente el uso de la coerción y las medidas económicas coercitivas ilegales que EEUU y sus aliados han estado aplicando.
Insta a todas las partes a defender una seguridad común, integral, cooperativa y sostenible, a la vez que trabaja para crear las condiciones necesarias para la reanudación del diálogo y la negociación con la participación de todas las partes implicadas.
Equilibrio entre derechos y responsabilidades
Entre sus puntos clave, el plan enfatiza la necesidad de equilibrar derechos y responsabilidades, afirmando el derecho de Irán a desarrollar energía nuclear con fines pacíficos como signatario del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).
China también exige un compromiso renovado con el Plan de Acción Integral Conjunta (PAIC), un acuerdo nuclear de 2015 entre la República Islámica y países del mundo, incluyendo EEUU, China y Rusia, que Washington abandonó en 2018, como base para un nuevo consenso.
En el mismo contexto, Pekín insta a EEUU a demostrar “sinceridad política” retomando las negociaciones sin condiciones previas.
Además, el ministro de Asuntos Exteriores chino advirtió contra cualquier intervención precipitada del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), advirtiendo que la puesta en marcha del llamado “mecanismo de restitución rápida” —cuya aplicación restablece todas las sanciones de la ONU contra Irán— “podría echar por tierra años de progreso diplomático”. En cambio, aboga por un enfoque recíproco gradual en el que todas las partes participen en un diálogo constructivo y busquen soluciones mutuamente aceptables mediante consultas.
La propuesta surgió en medio de sanciones estadounidenses contra Irán, amenazas de acción militar y amenazas de iniciar el “snapback”.
Occidente intenta justificar la iniciativa, que los observadores denuncian como obstinada e irresponsable, acusando a Teherán de desviar su trabajo nuclear hacia “fines militares” y alegando una falta de cooperación adecuada entre el país y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), la agencia nuclear de la ONU.
La campaña se produce mientras Irán sigue siendo el Estado miembro más verificado del OIEA, habiendo estado sujeto a los procesos de verificación más exhaustivos y frecuentes del organismo durante décadas.
Source: Press TV