Las encuestas y las reacciones de los israelíes ilustran un clima de desencanto que se está instalando cada vez más en “Israel”, después de 11 meses de guerra contra la Franja de Gaza que no ha logrado sus objetivos.
Cada vez más israelíes expresan su descontento con los resultados de la guerra que mató e hirió a más de 150.000 palestinos, sin traer de vuelta a los prisioneros ni erradicar a Hamás. Mientras las negociaciones para un alto el fuego dan vueltas en círculos debido a la negativa del primer ministro a retirarse del eje de Filadelfia.
El 75% de los israelíes cree que “la gestión de la guerra es mala” y el 55% de ellos quiere avanzar hacia elecciones anticipadas, reveló una encuesta realizada recientemente por el canal de televisión israelí Canal 12.
Según otra encuesta de la Corporación Israelí de Radiodifusión Pública, el 48% de los israelíes cree que lograr la victoria total en la guerra en la Franja de Gaza “no es un objetivo realista”, mientras que el 31% cree lo contrario.
También informa que el 50% de la muestra de 605 encuestados considera que todos los cautivos israelíes deben ser liberados y hay detener los combates incluso a costa de no derrotar a Hamas. Mientras que el 27% cree lo contrario.
Las cifras también muestran una crisis de confianza entre los israelíes y sus líderes. El nivel de confianza en el Gobierno es bajo o muy bajo entre el 73% de los israelíes, reveló una encuesta realizada el pasado mes de julio por JPPI, afiliada a la Agencia Judía, y “el 86% de los israelíes están muy preocupados”.
El malestar de los israelíes se manifiesta también en sus reacciones y comentarios. Especialmente de los familiares de los prisioneros israelíes en Gaza que continúan manifestándose y exigiendo un alto el fuego con vistas a obtener su liberación y el fin de la guerra. Este sentimiento se ha avivado aún más desde que el ejército israelí capturó los restos de seis prisioneros muertos en ataques israelíes.
Madre de un prisionero propone
La semana pasada, la madre de un cautivo aún vivo propuso al líder de Hamas, Yahia Sinwar, un acuerdo que consistía en intercambiar a los 109 prisioneros que aún quedan por cinco hijos de altos dirigentes de seguridad israelíes.
Durante su intervención en un popular programa del canal de televisión Canal 12, Ditsa Or le dijo: “Le sugiero que devuelva inmediatamente a los 109 detenidos y se lleve a cambio a otros cinco detenidos, el hijo de Herzi Halévy, el jefe del Estado Mayor del ejército que no sabe cómo ganar la guerra, el hijo de Yoav Gallant, el ministro de Defensa, que nos dijo que podía lograr la victoria, el hijo de la señora Yafaat Tumer Yarouchamly, la fiscal general militar que olvidó a qué bando pertenece, el hijo del jefe de Seguridad General que sabía que el ataque iba a tener lugar a las 4 de la mañana y permitió que continuara la fiesta de la Nova, y el hijo del general Nitzan Alon, el representante del ejército en las negociaciones sobre los cautivos”.
Ditsa Or había exigido hace tres meses, durante este mismo programa, la dimisión del primer ministro Benyamín Netanyahu “porque está librando una guerra sin objetivos”, en estos términos.
La compañera de su hijo no es otra que Noa Argamani, que fue liberada el pasado mes de junio, junto con otros tres prisioneros, durante una operación del ejército de ocupación en el campo de Nuseirat, durante la cual mató e hirió a cientos de civiles palestinos.
Recientemente, Argamani negó los comentarios que le atribuyeron los medios israelíes de que había sido atacada y herida por un miembro de Hamas. “No fui golpeada ni herida por elementos de Hamas; no me cortaron el pelo. Me lastimé cuando un muro se derrumbó debido a un ataque de la fuerza aérea israelí”, dijo en su página de Instagram. Y aseguró que no querría ser una “víctima de los medios israelíes después de haber sido víctima del secuestro del 7 de octubre”.
A Ben Gvir: te odiamos
En el contexto del asunto de los prisioneros, el malestar se manifiesta en las relaciones con el ministro de Seguridad y líder del partido radical de extrema derecha Fuerza Judía, Itamar Ben Gvir.
Los colonos desplazados de las regiones del norte le gritaron en una gasolinera: “Terrorista. Salva a los secuestrados. ¿Qué pasa con los secuestrados? Te enviaremos a un hospital para recibir tratamiento psicológico. Te odiamos, terrorista. Vete. No queremos que nos des armas. Queremos calma y paz. Estáis destruyendo el Estado. Tú y los de tu calaña están destruyendo el Estado…”
Source: Medios israelíes